sábado, 15 de agosto de 2009

DIARIO DE UNA JEFA

Esta semana he recibido uno de esos E-mails de interminable cadena, el cual dice así;

DIARIO DE UNA JEFA

Hoy he despedido a MI secretario.

Por qué he despedido hoy a MI secretario????

Ayer era MI 37 cumpleaños, MI humor no estaba muy bien que digamos, aquella mañana, al despertarme me dirigí a la cocina para tomar una taza de café a la espera de que MI marido me dijese:

Feliz cumpleaños, querida'.

Pero él no me dijo ni Buenos días...

Yo me dije a MI misma:
¿Ese es el hombre que yo me merezco.......?????

Pero continué imaginando: 'Los niños seguro que se acordarán'.

Pero cuando llegaron para desayunar no dijeron ni una palabra.

Así, salí de casa bastante desanimada, pero me sentí un poco mejor cuando entre en MI oficina y MI estudiante en práctica me dijo:

-Buenos días, Jefa, Feliz cumpleaños!

Finalmente alguien se había acordado...

Trabajamos hasta el medio día, cuando MI secretario entró en MI oficina, diciendo:

-Sabe Jefa.......hace un hermoso día y ya que es el día de su cumpleaños, podríamos almorzar juntos, solos usted y yo'.

Acepte, y fuimos a un lugar bastante reservado.

Nos divertimos mucho, y en el camino de vuelta, él propuso:

-'Con este día tan bonito, creo que no deberíamos volver a la
oficina.
Vamos hasta MI apartamento, y allí podemos tomar una copa'.

Fuimos entonces a su apartamento, y mientras yo saboreaba un Martini, él dijo:

-'Si no Le importa voy un momento hasta MI habitación a ponerme una ropa un poco más cómoda'.

-'Está bien, como quieras', -respondí.

Pasados cinco minutos, más o menos, él salió del cuarto con un ENORME Pastel con 37 velitas, seguido por MI marido, mis hijos, mis amigos y todo el personal de la oficina y todos cantando, 'Cumpleaños Feliz'...!

Y allí estaba yo, en pelotas, echada en el sofá esperando al gilipollas!!!!!!!!!

Por eso lo eché al muy hijo de puta...esas mariconadas no se
hacen....

El relato me lo enviaba una amiga. Se trata de una divertida anécdota, al menos para quién la escucha, aunque parándose uno en ella, el relato nos muestra varias cosas.

1.- La mujer del relato no se comporta como la jefa que es, sino como el jefe que intenta ser “masculino”. Puede que porque la propia sociedad le imponga que así sea. Pero eso no es excusa, la que manda y decide es ella.

2.- el secretario o subordinado actúa tal como lo haría una fémina que te invita a su casa con intenciones "amatorias". Pero un hombre no dejaría en el sofá a una mujer para ir a ponerse ropa más cómoda al dormitorio. Ése es el preludio y la señal que espera el hombre cuando ha sido invitado a casa de una mujer. El hombre no se marcharía al dormitorio a cambiarse de ropa, simplemente se quita lo que le incomoda en el sofá junto a ella. En el relato se intercambian los papeles pero también junto a ello la propia naturaleza del hombre y la mujer.

3.- La Jefa puede poner a parir al secretario y nos produce gracejo, incluso al llegar a despedirlo por semejante acción. Cuando la irresponsable y la que “metió la pata” en esta historia fue ella.

Y es que este relato me llamó mucho la atención, porque siendo una mujer el jefe, nos ha producido gracejo. Pero, ¿qué habría ocurrido sin embargo si el cumpleañeros y jefe hubiese sido masculino? ¿Habríamos aceptado un final como ese? ¿Nos habría hecho gracia el hecho de que el jefe hubiese despedido a su secretaria, la muy zorra por haberle hecho esa putada? –siento estas groseras palabras pero extrapolo el fin del relato al masculino-. Creo que esto no haría gracia, lo denominaríamos puro y simple machismo, ¿no? Sin embargo cuando es al revés, nos produce gracia, incluso nos atrevemos a compartir la gracieta con amigos vía E-mail. Pero, ¿Lo haríamos de ser al contrario?

Las mujeres están cayendo sin darse cuenta, o quizás si, en los mismos errores que caemos los hombres. No sé si lo hacen con la intención de ser iguales que ellos o simplemente para parecerse a ellos. Pero se equivocan, para ser una jefa no hay que copiar las actitudes de los hombres propias de su naturaleza. Para ser una trabajadora tampoco. Siempre he dicho que las mujeres para ciertas cosas son mejores que los hombres, no es lo mismo tener al frente de una empresa a una mujer la cual sabías a ciencia cierta que siempre iba a estar disponible por ejemplo, en el sentido de que rara ocasión la pillarías en estado de embriaguez ante un acto imprevisto. Hoy sólo se puede pensar eso porque uno no salga a la calle y vea cómo se portan las mujeres en la calle, ni que digamos los fines de semana de marcha, es dramático y penoso. Nada que decir sobre la sensibilidad de la mujer para desempeñar ciertas tareas que los hombres no osaremos ni intentar realizar. Pero han perdido su naturaleza, su feminidad, su comportamiento. Por eso algunas de ellas están tan perdidas en esta vida. Las cuales, aún teniendo materialmente cosas que sus madres jamás habrían soñado tener, sin embargo, se encuentran incluso más vacías que ellas. Entiéndase todo esto desde la visión que no estoy metiendo a todas las mujeres en el mismo saco. Pero antes este tipo de mujeres eran minoría, hoy con las nuevas generaciones son mayoría.

El ejemplo de modelo superior de mujer que nos enseña la sociedad de hoy, es el propio que nos muestran Carla Bruni o Leticia Ortiz. Dos mujeres excepcionales, trabajadoras habiendo llegado en sus carreras a lo máximo, casadas con una persona importante, pero que sin embargo para los medios de comunicación españoles, la foto destacable del encuentro que mantuvieron las dos en la reciente visita del presidente galo a España fue una imagen de las dos subiendo unas escalinatas mostrando sus lindas posaderas. Ahí nadie se rasgó las vestiduras ni la ministra de igualdad hizo manifestación alguna al respecto. Hipocresía pura y dura. Para lograr la igualdad aún nos queda mucho, demasiado, y lo peor es que tenemos un ministerio que costeamos con nuestros impuestos y que sin embargo, no hacen nada para coger el toro por los cuernos, realmente no sirve para nada. Excepto para legalizar el aborto.

Cuando se pueda hacer un chiste como éste, indistintamente sea el protagonista hombre o mujer, obteniendo el mismo resultado, sea la risa o el repudio, habremos alcanzado la verdadera igualdad. Aunque en mi opinión la única igualdad que existe entre los seres humanos indistintamente de su género, raza, etnia o credo, es que todos seamos iguales en derechos y obligaciones. El resto, no merece el menor interés.

Para terminar, decir que el secretario del relato podría haber sido más inteligente y haber escondido la tarta en la cocina, pero bueno. Si, ya lo sé, simplemente se trata de hacer la gracieta. Sé que los de siempre me tacharán de machista por lo aquí expuesto, pero recuerden que quién despidió al secretario por hijo de puta y por hacer “mariconadas”, no fui yo.

2 comentarios:

DEMOFILA dijo...

No creo que las mujeres queramos parecernos a los hombres,para nada, las mujeres hemos conseguido en la actualidad objetivos que nunca hubieran soñado las que nos han precedido.
¿Copiar la conducta de un hombre?, no..., por Dios, yo nunca lo haría, creo que las mujeres tenemos los mismos derechos, pero también las mismas obligaciones, aunque a nivel físico seamos un poco más debiles.
En plan de jefas, las mujeres le ganamos a los hombres en autoridad, ma mayoría de las veces.
¿Has visto la película Acoso?, pues si no la has visto, te la recomiendo, éste es un claro ejemplo de que en caso de acoso, o algo similar, la persona superior jerarquicamente, siempre pierde.
No me siento ofendida, nada de so, solo he querido aclarar algunos extremos y exponer mi punto de vista.
Aparte de esto, la entrada es mágnifica, muy gráfica.
Un saludo, volveré a visitarte.

Josemarbella dijo...

Estimada Demofila,
veo que tenemos puntos de vista distintos. Siempre serán bienvenidas sus opiniones a esta humilde blog, pero libre.
Un saludo...