sábado, 25 de julio de 2009

RISTO MEJIDE Vs. LOBBY GAY

Por fin ha terminado otra edición más del programa televisivo operación triunfo (OT). Lo que comenzó siendo un programa en el cual unos jóvenes acudían a una academia de cante y baile rememorando a la antigua serie de TV, FAMA, ha pasado a ser un simple reality, un gran hermano.

Entre los miembros del jurado de la academia se encontraba un personaje muy “peculiar”, Risto Mejide. Este publicista como él mismo se denomina, ha sido el azote –si no me equivoco durante tres años consecutivos- de los llamados triunfitos. Pocas veces en mi vida he visto denigrar y ofender a una persona con semejante saña, como la empleada por Mejide hacia estos chavales. Más aún si cabe siendo éstos, chavales que rozan la mayoría de edad. Pero parecía que todo valía entonces para Mejide. Bajo un estilo muy particular, repartía estopa a diestro y siniestro haciendo que el público del programa tanto en la academia como los que le veían en sus televisores, se escandalizaran en muchas ocasiones, pero siempre le alentaran. La dirección del programa no hacía nada, todo valía para aumentar la audiencia de un programa que como suele ocurrirle a los de esta clase, suelen perder el interés del público una vez vista su primera parte, las cuales suelen arrasar, pero que después las siguientes, aburren a la audiencia.

Todos recordamos la primera etapa del concurso, aquella en la que un tal Bisbal nos deleitaba con su fuerza en el escenario, una Chenoa que nos sorprendía con su puesta en escena, un Bustamante que nos llegaba al corazón con el sentimiento que imponía en sus canciones y cómo no, una Rosa que nos regalaba una voz prodigiosa. Pero tras todo eso, estaba el “Reality”. Los espectadores podíamos meternos en el backstage, ver cómo ensayaban, cómo preparaban por separado las canciones de la semana, cómo aprendían cosas en conjunto, pero también, de qué hablaban mientras almorzaban ó qué comentaban cuando estaban descansando entre ellos. Todo un gran hermano con un ingrediente principal, trabajar para triunfar como cantantes, como mismamente se llama el programa, una operación triunfo. Pero como dije anteriormente, el programa tras dos ediciones, y como suele pasarle a este tipo de programas, termina por quemarse, por lo que la dirección del programa decidió que había que darle vidilla a las galas introduciendo en el jurado a alguien como Risto Mejide, que ante todo, lo que levantaría sería la polémica, la polémica llama la atención, y ésta a la audiencia. Aquel que simplemente estaba allí para juzgar la labor de los concursantes y sus aptitudes, terminaba imponiéndose como protagonista absoluto del programa. Aún empleando los métodos más repugnantes y las formas más denigrantes para calificar a los concursantes que simplemente iban allí con el ánimo de triunfar en la canción. O de lo contrario, marcharse para casa si realmente el jurado no le veía futuro en ella.

Han sido años, donde Risto Mejide ha campado a sus anchas disparando soflamas por la bocacha de sus labios e impactando directamente contra jóvenes con grandes aspiraciones, y que les indicaba lo poco que valían y el ridículo que hacían estando allí. Entonces todo eso valía, todo se le era permitido. Risto Mejide volvió a levantar la audiencia de un programa en fase de descomposición, y eso tenía un precio que la dirección del programa de T5 estaba dispuesta a pagar, insultos y denigración a chavales que habían cometido el enorme pecado de querer triunfar. El programa alcanzaba cotas de audiencia tolerables y Risto era gran parte de ese nuevo éxito. Es por lo que durante tres años todo se le ha permitido a Risto Mejide. Desde decirle a una niña que quiere triunfar como cantante que una cabra cantaría mejor que ella, hasta cosas peores. Pero no pasaba nada, la audiencia mandaba, y aunque a veces era abucheado, Risto era su reclamo. Todos ansiaban finalmente oír sus opiniones, las compartieran o no.

Pero todo tiene su fin, y todo iba bien hasta que Risto topó con el lobby gay. Al presentador del programa Jesús Vázquez, le pareció de mal gusto un comentario del provocador miembro del jurado a uno de los concursantes en la antepenúltima gala del concurso y le replicó por ello. Todo debido a una frase que puede dar lugar a muchas interpretaciones dicha desde la ironía o incluso desde el sarcasmo, dos señas de identidad en la palabrería del polémico Risto. La frase decía; Tío, yo te entiendo, en esa Academia tendría mucho miedo de dejar los orificios abiertos. Tras la cual se produjo un rifi rafe entre el miembro del jurado y el presentador del programa.

Tras lo sucedido y al acabar el programa, la dirección del programa decidía expulsar –nunca mejor dicho- al polémico publicista del jurado del programa tras tres años de insidias, denigración e insultos a los concursantes del mismo, los cuales hasta ahora, no habían importado. Pero alguien del Lobby Gay se había sentido molesto por una frase de Risto, según parece inaceptable para el presentador y la dirección del concurso, lo cual sirvió para sin mediar más, echarlo.

Quién le iba a decir al bueno de Risto, que sería un comentario que como digo puede ser interpretable –cosa que él acostumbra a hacer, sabe cómo hacerlo y que de hecho así lo ha realizado en multitud de ocasiones en el mismo programa- el que lo sacara de un plumazo del programa. Con el lobby gay hemos topado. Y es que hay cosas en España que no se pueden hacer, líneas que no se han de sobrepasar, lo que llevó a Mejide a la popularidad profesional dentro de OT, le ha sacado de ella por parodiar o dirigirse a quienes no debía. Homófobo, misógino y otras lindezas le llamó Vázquez, pero eso parece no tener importancia. Vaya, Risto nos debe odiar a todos según Vázquez, por hablar de unos orificios abiertos, bueno, ya se sabe, eso es lo que tiene las distintas “sensibilidades”. La de los concursantes no han importado, nunca han importado visto lo visto, pero la llegada de Vázquez al programa ha propiciado que la lengua rota de Risto se rompiera, y una vez sobrepasado ese límite, haya conducido a su expulsión del programa. Aquello que le condujo al éxito antes, ahora le conduce al fracaso.

No seré yo desde luego quien defienda a Risto Mejide, pero si diré que no se puede vender un producto durante tres años en un programa de TV para acto seguido, rasgarse las vestiduras cuando nos damos por aludidos ante algún comentario quizás inoportuno del que siempre los hace y siempre queda impune.

Puede que todo esto no sea más que otra campaña más de marketing orquestada por el programa para volver el año próximo más fuertes que nunca. Porque hasta el bueno de Risto tiene un límite de popularidad, y es el índice de audiencia el que manda. De momento, tanto la dirección del programa como el mismo Mejide han corrido un tupido velo en el tema. Ninguno de las dos partes dicen las razones de la expulsión del publicista del jurado, aunque ésta sea un secreto a voces. Puede ser que el silencio sea propiciado por condiciones de contrato ó simplemente una estrategia de marketing. Pero sea lo que sea, lo veremos el año que viene. Mientras tanto, a disfrutar del verano y a limpiar la mente de programas basura que sólo sirven para minar las mentes de nuestros jóvenes y no tan jóvenes. En la vida todo es trabajo, esfuerzo y constancia. Hay atajos que pueden servirnos como participar en programas como este, pero para eso, debemos estar dispuestos a pagar un precio altísimo. Debemos estar dispuestos a pagar con nuestra dignidad. Realmente creo, que no merece la pena.

sábado, 18 de julio de 2009

EL MERCADO TURÍSTICO (Y II)

La semana pasada nos quedamos en la pregunta; ¿Puede mantener un hotel un estándar de calidad y de servicio a los precios que actualmente se ofertan en la Costa del Sol? Obviamente no. Hay hoteles que llegan a colgar el cartel de completos pero que a fin de mes el resultado financiero obtenido es sinceramente lamentable. Como dice el dicho; mucho ruido pero pocas nueces. Una empresa hotelera no puede subsistir de ese modo y en estas condiciones de crisis, menos aún, al menos por mucho tiempo. Primeramente quiero decir que yo mismo defendí en este diario en un artículo al que llamé ¿Turistas de bocadillo? Si, gracias. que no había que menospreciar al turista de bajo poder adquisitivo que llegaba a Marbella, pues ellos pagaban al fin y al cabo nuestras hipotecas y eran los que nos daban de comer en esos momentos en los que la crisis comenzaba a eclosionar. Aunque eso si, sin descuidar al cliente de alto poder adquisitivo que hemos tenido en la costa en estos últimos años y que por alguna razón se ha perdido. En mi opinión por la sobreoferta de plazas hoteleras, la cual ha traído el abaratamiento de los precios, y consecuentemente, la reducción de la calidad en el servicio.

Pero entonces, ¿Cuál es la solución o posibles alternativas? Pienso que tenemos una difícil papeleta ante nosotros, y que aunque soluciones y alternativas, haberlas haylas, ninguna de ellas sean demasiado halagüeñas. Yo las resumiría en tres opciones distintas. Son estas;

Primera, recortar aún más los servicios para poder mantener los precios que se están ofertando. Suprimir servicios tales como los de restaurante, bares, piscina, etc… Porque la única forma de recortar precios es recortando gastos. Los gastos que se han recortado ya han sido notables, pero por lo que se ve, no son suficientes. Algunos de esos recortes en el servicio han sido impuestos desde la Junta de Andalucía, como la de suprimir el servicio de autobús gratuito que algunos hoteles situados en el extrarradio de la ciudad ofrecían a sus clientes –según la junta- por competencia desleal a las empresas de transporte. Esto ha ocasionado que muchos hoteles pierdan clientes por este hecho, puedo dar fe. Otros recortes notorios –ya por parte de las empresas- han sido el recorte de servicios, de personal y de profesionales; un ejemplo es el típico y útil botones, el cual no sólo le subía el equipaje al cliente que lo requería sino que se utilizaba para realizar otros muchos menesteres. He de decir que esta primera alternativa expuesta, la considero cortoplazista y que puede ser una solución momentánea pero nunca definitiva.

Segunda, Apostar por la calidad del servicio aunque eso suponga aumentar los precios. De momento, esta alternativa es difícil, pues ha calado ese mensaje de marketing empleado por una cadena de electrodomésticos que dice; “yo no soy tonto…”. Por lo tanto hasta que no se produzca la tercera alternativa que voy a explicar a continuación, sería una temeridad aplicar esta segunda alternativa hasta entonces.

Tercera, dejar que el propio mercado suprima la sobreoferta de plazas hoteleras existentes a día de hoy. Si, estoy hablando incluso del cierre de hoteles. Aquellos que sean débiles y no puedan sobrevivir a la competencia que en estos momentos se está llevando a cabo tendrán que sucumbir. Los fuertes ganarán, los débiles caerán. En estos momentos hay un pastel que hay que repartir entre veinte cuando hace años se repartía el mismo pastel entre cinco. Por desgracia, el volumen del pastel no ha crecido, tal como muchos empresarios que invirtieron su dinero en construir hoteles en la zona, previnieron. El pastel es el mismo, sin embargo los comensales son más del doble, por lo tanto no hay pastel suficiente para todos. Ahora están compitiendo en precios para llevarse el gato al agua, sin embargo, como ya he dicho, la sostenibilidad de la empresa con esta estrategia resulta imposible si se siguen ofreciendo los mismos servicios. Bueno si, solo a coste del beneficio, llegando a no obtener ninguno o incluso caer en el déficit. No se puede abaratar precios manteniendo el coste. O se “abaratan” los servicios, o se elevan los precios. De momento estamos en el ver –con perdón por la expresión- quién mea más largo. Quién aguanta por más tiempo en esta dura lucha por mantenerse abierto, mientras otros sucumben. En una economía de mercado veremos los acontecimientos venir, sin embargo, no podemos permanecer impasibles ante tales acontecimientos. Hay que buscar alternativas, dicen que las crisis hacen crecer el ingenio, y eso debemos hacer, emplearlo para continuar en la brecha y prosperar.

Pasando a lo político, esta semana hemos tenido la noticia de que en Marbella tendremos el nuevo laboratorio de inteligencia turística, “como si hasta ahora no se hubiese pensado en cómo incentivar la llegada de turistas a la costa, o el problema fuese la falta de inteligencia en el sector”. El proyecto tiene una inversión de entrada de 1,8 millones de euros financiados por el ejecutivo andaluz. En mi opinión esto sólo servirá para emplear a más funcionarios que no conseguirán nada y para gastar dinero público que como dijo una ministra del gobierno central, no es de nadie. Mientras el gobierno autonómico aprueba esta partida presupuestaria, presume de proteger a los trabajadores andaluces. Eso si, permitiendo que trabajadores como los compañeros de Los Monteros permanezcan siete meses sin cobrar su sueldo y sin ninguna protección social. Sólo aquella que le ofrece esa institución tan menospreciada por los distintos gobiernos pero que es en definitiva la más importante y solvente de todas; la familia. Todos los políticos han aprovechado la ocasión para ir a mostrar su solidaridad a los trabajadores de Los Monteros y de paso a hacerse la foto junto a ellos. Ninguno ha considerado ni pedido la posibilidad de ayudar a estas familias de alguna forma sin tener que esperar a que pierdan su empleo y entonces otorgarles el subsidio por desempleo. Eso si, cuando todo está ya perdido.

El sector turístico en la Costa del Sol tiene ante si un panorama complicado. Esto no es solo cosa de los compañeros de Los Monteros, aunque ellos son los primeros que se han visto afectados, pero muchos otros vamos poniendo nuestras barbas a remojar.

Donde los políticos deberían habernos ayudado, es en que el tren que cruza toda la Costa del Sol, no fuese un proyecto sino una realidad. Señores, andamos por el año 2.009 y aún estamos así. Son las infraestructuras las que deben ser mejoradas con el dinero de los ciudadanos, y dejarse de chorradas de laboratorios de inteligencia, que como laboratorio que es, si no descubre la pócima mágica que convenza a los turistas de visitar la Costa del Sol, no servirá para nada. Servirá para gastar un dinero del que los ciudadanos no disponemos y que deberemos pagar para hacer ese seudo proyecto efectivo.

Ante semejante panorama, sólo nos queda apretar los machos y ver hasta dónde llegamos.

domingo, 12 de julio de 2009

EL MERCADO TURÍSTICO I

En los años sesenta Marbella se adentró en el mercado turístico. Comenzaron a proliferar los hoteles en una ciudad que se dedicaba a la pesca y al comercio en general. Eran escasos los hoteles construidos en la ciudad cuando el turismo eclosionaba en Marbella y se llenaban los hoteles y la ciudad, de turistas extranjeros. En su gran mayoría éstos eran nórdicos, los cuales venían atraídos por nuestras playas, nuestra gastronomía, nuestro buen clima y para su poder adquisitivo nuestro buen precio. El boom del turismo había llegado a nuestra ciudad para quedarse en ella, al menos, por varias décadas.

La oferta y la demanda en nuestra ciudad eran más o menos equitativa, es decir, albergaba los hoteles necesarios que necesitaba la ciudad para dar cobijo al turista que llegaba buscando pasar unas semanas de vacaciones. En la década de los sesenta y los setenta se hace prácticamente imposible para una persona de clase medía poder hospedarse en un hotel de cuatro o cinco estrellas, pues sus precios están muy por encima de las posibilidades reales de esta clase trabajadora española, por lo que son ocupados por turistas internacionales los cuales llegan con su divisa mucho más fuerte que la peseta, y gracias a ese poder adquisitivo llenan los hoteles de la Costa del Sol y por supuesto, de Marbella.

En los setenta continúa la expansión y proliferación de nuevos hoteles pero de una forma moderada. Marbella cuenta ya con hoteles consagrados y que han alcanzado un nombre relevante en el mundo del turismo. La ciudad comienza a venderse como una marca. Marbella pasa de ser el nombre de una ciudad, para convertirse en una herramienta de marketing para toda la Costa del Sol. La vecina Estepona también se apunta al carro del turismo, no en tan gran medida, pero se construyen sus dos hoteles más antiguos y emblemáticos. En los sesenta se construye el hotel Atalaya Park, y en los setenta el hotel El Paraíso.

A partir de los ochenta, todos los hoteles llenan en la temporada estival y se defienden en la temporada de invierno con la llegada de golfistas a nuestra costa en busca de buen clima para jugar a su deporte favorito, “el golf”, y para pasar una semana completa de vacaciones. Es ya a último de los ochenta y principio de los noventa, cuando comienzan a proliferar en Marbella y Estepona los campos de golf dejando un poco al lado su reconocido nombre de la Costa del Sol, para también denominarse la Costa del Golf. Es ahí cuando el turismo comienza a cambiar, no se trabaja ya sólo con el turista de verano o turista de playa, sino también con el turista que viene a jugar al golf. El cual juega al golf por las mañanas, almuerza en los mismos campos de golf, después tras una buena ducha por la tarde, en su hotel, se reunían en el bar del mismo hotel para degustar unas cuantas copas como aperitivo, para a continuación, en taxi, desplazarse al restaurante elegido para disfrutar de una buena cena. Este turista es el que trajo la mayor prosperidad a la Costa del Sol y en definitiva a Marbella y sus alrededores, en estos últimos tiempos.

Pero la crisis económica mundial, unida a la devaluación de la moneda de estos clientes –la libra-, les hace imposible continuar disfrutando de ese nivel de vida del que se aprovechaban antes y nosotros recogíamos los frutos. Esto unido a nuevos destinos de golf y playa como puede ser Dubai, hace difícil el mantenimiento de toda la infraestructura creada durante esta última década, la de los noventa y principios del siglo XXI. En los que florecieron los campos de golf, los cuales hoy son sostenidos por sus socios pagando una cuota anual para disfrutar de sus instalaciones. Pero no ocurre lo mismo con los hoteles construidos durante esta última década, los cuales se ven desprovistos de este cliente potencial del cual hemos vivido durante estos últimos años. Creándose una competencia atroz ya que los hoteles florecieron por encima de la demanda real, estando acostumbrados a oír el “completos” y al precio que dictaba entonces el empresario durante la década 1.996-2.006. El pastel a repartir parecía hacerse más grande, pero sólo fue un reflejo que terminó siendo sólo un apercibimiento. Quizás un sueño.

Pero entonces, los hoteles llenaban en verano y durante el invierno se mantenía una ocupación capaz de mantener los hoteles y restaurantes abiertos y generando ingresos. Sino todos, la mayoría de ellos.

El trabajador del sector hostelero sabía que trabajar en un hotel era la mejor opción, porque no faltaba el trabajo en todo el año y se respetaban más los derechos de los trabajadores, tales como días libres, vacaciones y un puntual pago de las nóminas. Puede que alguno al leerme esto, se le suelte alguna que otra lágrima.

Digo esto porque esa época de bonanza y prosperidad ha pasado y nos ha abandonado. El caso acontecido recientemente en el Hotel Los Monteros no es un hecho aislado. Son algunos los hoteles en la costa en los que se le adeuda ya a sus empleados algún que otro mes de sueldo, y otros en los que han de pagar en varias cantidades y a duras penas durante el mes, y con grandes retrasos. Pero, ¿Qué está pasando? ¿Por qué este cambio tan drástico en el panorama hotelero? Primeramente decir que la crisis internacional ha ahuyentado al cliente que estábamos acostumbrados a albergar. Poco a poco, la calidad de la clientela ha disminuido enormemente. Cuando hablo de calidad me refiero naturalmente al poder adquisitivo de éstos y a la exigencia en la calidad de los servicios por parte de los que nos visitan. Hoy tenemos peor calidad, pero a un menor precio. Y esto es aceptado por parte de la gran mayoría de los clientes. Por otro lado como he dicho anteriormente en la costa hay una sobreoferta de plazas hoteleras y la competencia entre los hoteles es feroz. La mayor parte de ellos han apostado por competir en la oferta de precios en lugar de en la calidad del servicio. Esto ha producido la rebaja en la calidad del cliente, y esos que tomaban varias copas en el bar del hotel antes de salir a cenar al restaurante de la ciudad en taxi, ahora hacen “botellonas” en las habitaciones y después degustan la cena buffet de la media pensión que el hotel les ha vendido a un precio irrisorio. Pero, ¿Puede mantener un hotel un estándar de calidad y de servicio, a los precios que actualmente se ofertan en la Costa del Sol? La respuesta y más, la próxima semana.



domingo, 5 de julio de 2009

RACIONALISMO Vs. SECTARISMO

Esta semana hemos tenido la noticia de una nueva dimisión en una de nuestras instituciones. En esta ocasión, el Director del CNI Alberto Saiz.

Hacía tiempo que no teníamos noticias de esta índole, espías que recogen la cosecha del campo del director del CNI o limpian su piscina, al más puro estilo T.I.A. (Mortadelo y Filemón). Es en eso en lo que la inteligencia española gasta el dinero de los contribuyentes y no en investigar, defender nuestra seguridad ó infiltrarse en bandas terroristas para conseguir su disolución. Finalmente, todo se ha venido en contra de quienes defendieron al Sr. Saiz, los fiestorros que se pegaba en las costas de África, eso si, a costa de los impuestos de los españoles. Y yo me pregunto, ¿Este señor se va a ir de rositas? Bueno, esto es España. Ya ha dimitido que no es poco en este país.

Será sustituido por el General Sanz Roldán, del cual dicen que es el general preferido de Zetaparo. Esperemos que sea mejor, o que al menos ponga a trabajar a los espías en lo que deben, y no lo use para intereses personales. Aunque el segundo apellido nos traiga espeluznantes recuerdos, de algún socialismo pasado.

Otro dato reciente a tener en cuenta es la noticia del ahorro que están produciendo las familias en España. No se conocen cifras de ahorros por parte de éstas desde 1.995. Muchos culpan de la crisis a las políticas neoliberales, pero es la mano del mercado la que está regulando y asentando las conciencias. Las locuras cometidas en estos últimos años “por parte de todos”, lo estamos pagando ya en el presente y lo pagaremos en el futuro. Nada sale gratis, todos nuestros actos conllevan unas consecuencias, y éstos son los que son. El exceso económico cometido en el pasado, conlleva la crisis del presente. Es por eso por lo que la ciudadanía en época de crisis intenta ahorrar el dinero que puede, y que sabe que seguramente va a necesitar en el futuro inmediato. Sin embargo por otra parte, el gobierno eleva el gasto público, cuando el dinero que uno se juega no es el propio, es fácil gastárselo. Aunque ese tributo sea pagado por personas que incluso estén en desempleo, y el endeudamiento contraído por el estado no sólo lo paguemos nosotros, sino que llegará incluso a nuestros hijos.

En la mañana del Sábado, asistí atónito a una entrevista de la popular presentadora Isabel Gemio en su programa de Onda Cero te doy mi palabra, al coordinador de IU Cayo Lara, a lo que la entrevistadora preguntaba con talante irritado, ¿Por qué ahora en esta crisis del capitalismo –según ella- no calaba el mensaje de I.U.? y ¿Por qué la clase trabajadora en España incompresiblemente votaba a la derecha? Fácil respuesta; cuando gestiona la derecha los trabajadores trabajan y son libres. Cuando gestiona la izquierda pierden su empleo y se deben a las ayudas y subvenciones estatales, que no paga el estado, sino los pocos que trabajan.

Los criptomarxistas, ven en la crisis provocada por el despilfarro y el vivir por encima de las posibilidades del individuo, un filón donde agarrarse para resurgir con el convencimiento de poder imponer sus ideales, sus doctrinas, su sectarismo. Ése que trajo al mundo miseria y muerte a espuertas. Aún lo hace, me sorprendía ver debatir a entrevistadora y entrevistado sobre inmigración, echando peste sobre los países desarrollados que los acoge, cuando aún hoy es en los bastiones comunistas como Cuba o Korea del Norte donde éste brilla por su ausencia. Sólo hay que acudir a las estadísticas para averiguar que allí donde haya habido gobiernos conservadores es donde más inmigración se produce, una buena prueba de ello ha sido España en estos últimos años, con la llegada masiva de inmigrantes de África, países del este, Sudamérica, etc… Donde el socialismo gobierna. Incluso el PSOE aprovechó esa inercia y bonanza económica producida en nuestra patria para continuar con la llegada de inmigrantes, llegando incluso a la creencia que podrían asegurarles un puesto de trabajo a todos. Recordamos el “papeles para todos” del ministro Caldera, pero eso sólo era un sueño socialista, un espejismo que el socialismo se ha vuelto a encargar de dinamitar. De arruinar. España ha pasado de ser el país que creaba tres de cada cuatro empleos en Europa para ser el que crea tres de cada cuatro desempleos.

Aún creen incluso que leyendo a Marx se aprende más que del 95% de los economistas, supongo que no se habrán enterado que las teorías de Marx descritas en el capital –para quién no lo sepa es la obra cumbre de Karl Marx- fue refutada por Eugen von Böhm-Bawerk con total brillantez. Pero ellos aprovechan las ocasiones para intentar reaparecer en la palestra política. Lo racional es evitar dar luz a estos totalitarismos, cosa que se entendió con el fascismo y el partido Falange Española, lo mismo es I.U., similar fin, mismos medios de conseguirlo. El fascismo ó nacional socialismo tuvo su Neurenberg, el comunismo no, salió ileso.

En Cuba no tienen problemas ante la crisis económica financiera mundial, tampoco problemas de desempleo, pues allí como desde que los margina el comunismo no saben qué es la riqueza, la prosperidad, el progresismo “real” –palabra adueñada por aquellos que traen justo lo contrario- no pueden tener crisis económica, simplemente porque viven inmersos en ella desde siempre.

Y es que ya hemos visto que en España para ser respetado has de ser corrupto y sinvergüenza. Felipe González pasará a la historia por haber sido un gran presidente del gobierno –apoyado por los suyos hasta la extenuación- habiendo tenido éste el único mérito de haber sido el padre de la corrupción y la sinvergonzonería en España durante su etapa de gobierno. Sin embargo, el presidente que nos sacó de una crisis económica bestial –sino igual casi a la de ahora-, que metió a nuestra patria en el tren de Europa cuando no cumplíamos ningún requisito para entrar en el €uro y que ayudó a conseguir prosperidad a todos los que aquí vivimos, “en mayor o menor medida”, es denostado y vilipendiado por los unos, y silenciado y abandonado por los otros. Esta es la España en la que vivimos, la España donde quienes dicen defender a los trabajadores, consiguen siempre una gran tasa de desempleo, aumentan los impuestos, tales como el del tabaco y carburante por ahora –dice Zetaparo que lo hace por nuestra salud, para que no fumemos tanto- e intenta cerrar centrales nucleares como la de Garoña, donde trabajan cientos de familias y producen una energía barata para los bolsillos de los trabajadores que hemos de pagarla. Eso si, según Leire Pajín, Zetaparo lo ha hecho pensando en las futuras generaciones. ¿Y a las generaciones presentes? ¿Les importa un bledo? ¿Acaso no es segura la central de Garoña? ¿Nos toman por imbéciles o simplemente por sectarios adoctrinados?

La cobardía y el sectarismo nos llevó a votar a este gobierno primero, y después mantenerlo en el poder. Ahora con nuestros bolsillos afectados seriamente, la razón nos dicta a recambiarlo antes de que nos lleve a la ruina más absoluta. ¿Vencerá el racionalismo al sectarismo? Puede, pero aún hemos de hundirnos más en el fango de la hipocresía política, aún nos ha de faltar más “taco” en el bolsillo para que eso se lleve a cabo, pero llegará.