Esta semana hemos visto como la novia, mujer, pareja o lo que sea del sanguinario De Juana Chaos, Iratí Aranzabal, hacía un llamamiento a la sociedad para dejar de ser según ella “acosados” y “linchados”. Por supuesto la carta ha sido publicada en el diario pro-etarra GARA.
Por lo visto, su automóvil ha sido violentado, ¡Qué pena! y según ella han recibido cartas de amenazas y llamadas telefónicas a cualquier hora. Lo dudo, lo dudo y lo dudo. Lo dudo porque éstas son las técnicas precisamente de los suyos, no de los nuestros. No son técnicas empleadas por aquellos que, algunos incluso a pesar de haber perdido a un ser querido, nunca jamás se han tomado la justicia por su mano, sino que aunque muchas veces el estado de derecho lo hayan dejado más tirados que una colilla, aún así, nunca lo han sobrepasado. No hay uno, ni un solo caso en España que lo pruebe, por eso dudo de las palabras de la pro-etarra. Ellos no pueden decir lo mismo, porque son asesinos, son fanáticos de un nacional-socialismo enmascarado de independentismo. Son pura escoria enmascarados de ciudadanos normales, aparentando vivir vidas normales. Porque ellos, pobrecitos, ya han “pagado su culpa” con menos de un año de cárcel por asesinato cometido, ¿verdad Iratí? Y claro, quieren vivir una vida normal, sin acoso y sobre todo sin presión policial. Presión policial que según ella se debe a algunos medios de comunicación y no a que el asesino De Juana no haya pedido perdón por los crímenes cometidos, o su muestra más sincera de arrepentimiento por ellos haya sido brindar con Champagne y Mariscos en su celda por los atentados cometidos que compañeros suyos, quizás debiera decir camaradas han propiciado. No sois normales Iratí, nunca lo seréis. Sois el cáncer de nuestra sociedad, pero un cáncer que puede ser y será extirpado.
Si Iratí, vosotros nos odiáis a nosotros, y nosotros a vosotros. Vosotros usáis el terror y el dolor de las personas para conseguir vuestro fin ideológico y nosotros usamos la ley para impedíroslo. La gran diferencia entre nosotros y vosotros es que los demócratas nos podemos sentar a hablar para llegar a acuerdos, a veces se conseguirán y otras no, pero no tomaremos represalias cobardes en caso negativo. Vosotros os sentáis a hablar para imponer vuestras ideas, si ó si, y si no se llega a ningún acuerdo, recurrís al valiente “tiro en la nuca” y a la matanza indiscriminada de ciudadanos, si es preciso de niños. Ensuciáis la palabra soldado cuando la ponéis en vuestras bocas denominando soldado vasco a simples asesinos a sueldo.
Usas la manipulación del lenguaje amparándote en la ley que nos protege a todos para invocar tus derechos y tu libertad, ¡ayyy…! qué bonita palabra... ¿Pero qué me dices de los derechos de aquellos a los cuales aquel que vela tus sueños por las noches y te prepara el croissant con mantequilla por las mañanas les arrebató junto a sus libertades y a lo más preciado que tiene una persona, la vida? Si, ya sé cual es tu respuesta. La misma que respondían los nazis cuando se les preguntaba por los seres humanos que estaban exterminando, ésos no eran seres humanos, eran “juden” (judíos), era la forma de catalogarlos como un “algo” no como personas, con la única intención de poder seguir mirándose al espejo por las mañanas tras las atrocidades que sabían estaban cometiendo sin que su rostro se descompusiera frente al espejo. ¿Pero sabes una cosa Iratí? lo mejor es que no sé cuanto tiempo pasará, puede que mucho, puede que incluso ganéis alguna que otra batalla como recientemente, puede que incluso mis ojos no vivan para verlo, y soy joven, incluso es posible que aún nos hagáis derramar muchas lágrimas. Pero al final, como pasan en las películas americanas, los buenos terminaremos ganando, porque por muy mediocres que lleguemos a ser en nuestro conjunto, y por muy pusilánimes que sean los que nos gobiernen, la libertad y el sentido común como siempre ocurre en nuestra historia, terminarán imponiéndose y os derrotaremos.
Os dejo a todos
Pido perdón al maestro Jean-FranÇois Revel por titular mi artículo como su magnífico libro. Pero viendo la carta de la compañera de Lucifer, la cual convive con él e intenta hacerse pasar por víctima, me vino a la memoria sus palabras.