sábado, 23 de agosto de 2008

EL VERANO

El verano toca a su fin. Éste ha sido un año atípico. La crisis poco a poco se va dejando notar y en el sector servicios va agudizando su presencia. En estos últimos años, los que trabajamos en hostelería hemos visto el cambio gradual que se ha producido en el turista que visita nuestro municipio.

Hace un año, un día como hoy hablaba en este diario del denominado "turista de bocadillo", el cual es ese turista que no puede permitirse muchos gastos y opta por la compra en supermercados, intentando escapar de las salidas a restaurantes sobre todo a la hora del almuerzo, suele pernoctar de dos a tres días en los hoteles. Es éste el turista que tenemos ahora y desde hace unos tres años en esta época estival. Años atrás teníamos un turista español de clase media-alta, el cual se permitía estar en un hotel como mínimo una semana completa, siendo los precios prácticamente el doble de lo que lo son en la actualidad. Almorzaban en chiringuitos y salían fuera a cenar, realizaban compras en grandes superficies y comercios, pero no comida, sino otros productos. Eran turistas en su mayoría venidos del centro y norte de España, con una edad media de unos 45 años. Estoy refiriéndome al turista de verano. El turista medio que nos visita hoy, suelen ser parejas de jóvenes españoles, edad media de entre 20 y 25 años, normalmente de no muy lejos de nuestro municipio, los cuales pueden permitirse el gasto de la habitación de hotel, pero poco más, por lo que han de recurrir al supermercado para poderse costear las vacaciones.


Yo el año pasado hacia un llamamiento a cuidar de este turista, ya que era el que en esos momentos nos estaba dando de comer, pero recalcando que no debíamos descuidar al cliente que habíamos perdido por alguna razón, al otro cliente de verano, y a los turistas internacionales que vienen en invierno, en su mayoría golfistas, que tras el aumento de oferta de golf en otros países como Dubai, los cuales están ofertando precios más competitivos, han optado por cambiar su destino. No debemos dormirnos en los laureles, debemos competir para intentar atraer de nuevo a ese turista que tanto dinero ha dejado siempre en nuestro municipio, con la correspondiente bonanza económica y el pleno empleo para todos.

La seguridad, la limpieza, las infraestructuras y la excelencia en el servicio han de ser nuestras insignias, las cuales debemos cuidar con mimo para que el turista sienta la atracción por nuestra tierra y no solo venga, sino que regrese. Debo hacer especial hincapié en el buen trato por parte de los que trabajamos en turismo, cosa que he de decir que suele ser bastante bueno en general, aunque siempre haya alguna manzana podrida.

Llega el final del verano, y hemos visto que los resultados no han sido tan buenos como cabía esperarse. La crisis va poco a poco haciendo mella en nuestra economía y el sector turístico comienza a resentirse.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en Junio tuvimos un descenso en las pernoctaciones del 2,3% respecto al año pasado, y en el mes de Julio un 2,2%, en lo que va de año un total del 0,5%. Aunque el dato que más llama la atención es el descenso de entradas de turistas extranjeros en España, casi un 8%. Tanto el mercado británico como el alemán, los cuales son los que más vienen a nuestro país de vacaciones, han descendido en un 4% y un 5% respectivamente.
En Marbella parece que el equipo de gobierno tiene ideas frescas, como lo de hacer de Marbella un punto de atraque de grandes cruceros, que aunque a los hoteleros no les ilusione demasiado la idea, a los comerciantes sobre todo del casco antiguo ha de congratular. En este mundo capitalista, en el turismo como todo en la vida se ha innovar constantemente y todas estas iniciativas son bienvenidas. Como decía anteriormente se ha de recuperar al turista potencial de GOLF para el invierno y el de poder adquisitivo más alto para el verano. Pero no hemos de anclarnos tampoco ahí, hemos de estudiar e investigar para abrir nuevos mercados que sean beneficiosos para todos, y no hablo solo de turismo o Construcción.


Marbella tiene el nombre y la marca. Somos mundialmente conocidos. Ahora solo nos queda atraer a los turistas con nuestros servicios, nuestra capacidad, profesionalidad y sobre todo nuestra amabilidad, cosa que a los que comemos de esto, que directa o indirectamente somos todos, nunca nos ha de faltar.

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