sábado, 26 de julio de 2008

ZP VUELVE A “LIGARSE” A RAJOY


El bueno de Rajoy vuelve a caer en la telaraña zapateril. Tras la reunión mantenida esta semana con el presidente del gobierno, dijo haber salido satisfecho de la misma por enésima vez, aún a sabiendas de que Z suele engañarle cada vez que va a verlo, y que el mismo Rajoy le recordó en su enfrentamiento cara a cara en televisión en las pasadas elecciones generales, cuando le dijo sin preocuparse de poder crear crispación o de que le calificasen como de derecha rancia, aquello de, ¿a qué Zapatero debo creer, al que pone a De Juana en libertad o a aquel que lo mantiene encarcelado? Pero él vuelve a salir satisfecho y esperanzado de su reunión. Y eso que Z no aceptó ni una sola de las propuestas que llevaba D. Mariano en su carpeta. Pero, qué le dará Z en Moncloa al bueno de D. Mariano, que tan contento sale él siempre de allí aún sin el propósito conseguido. Será esa caidita de ojos de Z, o quizá su sonrisa perenne...

D Mariano termina la reunión sin conseguir acuerdos en materia económica, tan mermada por este gobierno. Hemos sabido según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), que La economía española sigue destruyendo empleo. En los últimos tres meses, el número de parados ha aumentado en 207.400 personas, elevando la tasa de desempleo hasta el 10,44%, la más alta en cuatro años. Con esta tendencia España cerrará el año con unos tres millones de parados. Pero eso a Z le da igual, aquí no hay crisis, solo antipatriotas.

La inflación continúa en su escalada, siendo el peor impuesto indirecto que sufre el ciudadano, “la subida de precios”. Ninguna iniciativa se ha seguido para intentar controlarla, y mientras tanto Z sigue llamando a consumir y gastar, que aquí no hay crisis.

Rajoy propuso disminuir el gasto público en 2.000.000 de Euros, dejarlo en un 2% frente a un 5% que recoge el tope de gasto para los Presupuestos Generales del Estado 2.009. Ya que dicho gasto es incompatible con la recuperación del Superávit, Superávit malgastado por Z. Al respecto, el presidente consideró que dicha austeridad podría afectar al incremento de los sueldos de los funcionarios, al desarrollo de la Ley de Dependencia y al aumento de las pensiones mínimas. Esto es como el padre que se queda en el paro, y no quiere privar a su familia de almorzar los Domingos fuera, aún a falta de liquidez para poder permitírselo. Por cierto, el gasto en la nueva Ley de Dependencia se ha visto disminuido en un 25%, aunque eso no nos lo dicen.

En materia fiscal, Rajoy exigió a ZP una rebaja en el Impuesto de Sociedades para las Pymes del 20% y ayudas a las familias para pagar sus hipotecas, aumentando del 15% al 25% y aumentando la base de deducción por compra de vivienda hasta 10.000€. Para Zapatero simplemente ninguna de estas medidas son novedosas ni trascendentes para la marcha de la economía española, por tanto no piensa llevarlas a cabo.

En contra, Zapatero expuso que la prioridad es el aumento de prestaciones sociales, para luchar contra la crisis, con el objeto de cubrir las necesidades de parados, pensionistas y familias con dificultades económicas. En definitiva “todos aquellos afectados por la ralentización del ritmo de creación de empleo”. También manifestó su principio de confianza en la economía y alabó el “buen momento de las cuentas públicas, en uno de los mejores momentos desde que hay democracia”, aunque las medidas aprobadas durante la campaña electoral han dilapidado el superávit, con un gasto de 10.000 millones de euros.

Como vemos, Z sigue en las antípodas socialistas, creyendo que dando ayudas económicas a la gente les hará salir de la crisis como por arte de magia, pero si cada vez somos menos los ciudadanos registrados en la Seguridad Social, ¿Quién va a pagar todo ese gasto? ¿De dónde piensa sacar Z el dinero para cumplir todas sus promesas electorales y que nadie se vea afectado por la crisis que nos guste o no, antipatriotas o no, ahí está? Z no reconoce la crisis como tal, por lo tanto lejos de ayudarnos a salir de ella, o al menos paliar en lo posible sus consecuencias, nos hundirá más aún. Es como el padre que mencionaba anteriormente que insiste en llevar a su familia los domingos fuera a comer, si no tiene dinero para pagar el almuerzo pues no genera riqueza, ¿quién va a pagar al dueño del restaurante? Los propios hijos sacando de sus bolsillos un dinero del que tampoco disponen, convirtiéndolos a todos en más pobres, todo por imponer un gasto que no se pueden permitir. El saborío de Aznar congeló el sueldo de los funcionarios en la anterior crisis, y eso ayudó entre otras muchas más cosas a salir de ella. Pero eso no es simpático, risueño, popular para el político que toma dicha decisión ni por lo tanto socialista. Así que no esperemos medidas de ese tipo en Zapatero. Zapatero piensa en las ayudas sociales, pero olvida la más importante entre todas para el ciudadano, y que no es otra que la creación de empleo, esa que te ayuda a depender de ti y no del papá estado, y que encima permite sostener nuestro sistema de Seguridad Social. Pero ese es un cascabel muy difícil de poner al gato, y por eso es mejor correr un tupido velo.

Mientras tanto, Rajoy sale satisfecho de la reunión. “Manda güevos”, será porque ha conseguido la promesa del presidente de que no va a volver a negociar con ETA, “como si las promesas de Zapatero fuesen creíbles”, y que ahora si va a estar con las víctimas. El otro gran acuerdo al que parece han llegado es la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional en septiembre. Maravilloso.

Pero no pasa nada, y no pasa nada porque la factura de la crisis va a cargo de los ciudadanos, Zapatero seguirá pagando su café a 30 céntimos mientras que a nosotros nos lo suben a precio de un whisky. Pero lo peor de todo, es que la economía no es el mayor problema que nos embarga. Cada vez tengo más claro que estamos ante un cambio de régimen, propiciado por las izquierdas y como suele ser tradicional, parte de la derecha siendo cómplice de éstas. Espero que en esta ocasión no sea tan dramático, aunque no confío, ya que de siempre en la historia de España, la derecha no ha movido un ápice y ha permitido a los antisistema liquidar el régimen y el resultado como todos sabemos, ha sido catastrófico. Pero nosotros, como D. Mariano, volvemos a tropezar en la misma piedra y volvemos a las andadas.

Pero no quiero terminar esto de una forma tan amarga, aunque no por ello realista. Quiero explicar que lo del título del artículo es una metáfora, todos hemos oído alguna vez las calumnias vertidas sobre D. Mariano y su sexualidad, sin embargo fue Z el que salió en la portada de ZERO, y se ha declarado feminista, pero claro, eso es progre. Lo dicho, una simple metáfora… Aunque pensándolo bien, y quizás con tanto encuentro entre los dos que realmente no han servido para nada, ¿no será que Z y Rajoy mantienen un idilio cuando se reúnen en Moncloa? porque otra explicación no se me ocurre para entender porque Z siempre termina “ligándose” y dejando tan satisfecho a D. Mariano. Ainsssssss... Mientras ellos se hacen la covachita, a nosotros nos sigue castigando la inflación y por lo tanto el EURIBOR. El ínclito Solbes gestiona nuestra hacienda, toma ya calamar. Qué dios nos coja confesados, y a poder ser, con una hipoteca más bien cortita y un plan de pensiones privado.

sábado, 19 de julio de 2008

LA FELICIDAD II

Nos quejamos de la juventud de hoy, pues todo lo obtienen del Papi o la Mami, pero no debemos culparlos a ellos, culpémonos a nosotros y a esta sociedad donde les han inculcado el precepto de sé feliz, vive bien, cómodamente. Preocúpate de disfrutar de la vida y olvídate del esfuerzo y las obligaciones que ésta conlleva, las cuales van implícitas al progreso individual en la vida y el trabajo de las personas, pero eso no es más que cosas de la derecha rancia y los conservadores, más conocidos ahora como neocons o neoliberales. Aconsejo desde estas líneas a los padres, que entren en cualquier página de contactos de la red y se fijen en los principios y valores de los jóvenes de hoy y en lo que dicen buscar en la que se presupone será su pareja para toda la vida. Encontraremos frases como; me gusta viajar, los coches ó las motos, salir de marcha, vamos, lo que a todo el mundo, sobre sus apetencias hacia la otra persona, ésta se repite, me gusta que me hagan sonreír, pero ¿Qué hay sobre busco o incluso soy una persona responsable y fiel, o cosas así? Nada, eso no vende, es aburrido. Ayyy, Qué antiguo estoy con lo joven que soy, ¿verdad? Pues bien, esto nos sirve para palpar la salud de nuestra juventud, de ver cuáles son sus valores y principios, y nos dice que solo piensan como decían los romanos en Panem et circenses, pan y circo. Esa es la parte buena de la vida, que no debemos prescindir de ella, naturalmente, pero tampoco afanarnos a ella, pues la vida no es solo eso. Pero ahora, no debemos criticar a nuestros jóvenes, pues somos nosotros los que les hemos inculcado o mejor dicho, dejado de dar unos valores y principios para hacerlos personas vacías en todos los sentidos, eso si, dependientes de los padres y del dinero, cuanto más tienes, más feliz eres. Somos los padres los verdaderos culpables, ¿Creéis que estamos haciendo bien con nuestros hijos? ¿Ese “que a mi hijo no le falte de nada” es producente o contraproducente en la personalidad que estamos ayudándole a definir? Contraproducente a todas luces, pues la vida no es un camino de rosas y tiernos olores, en la vida tendrán que enfrentarse con situaciones difíciles, muy a nuestro dolor, pero así es, y lo que deberíamos hacer como buenos padres, es prepararlos para que sepan afrontar las adversidades de la vida y no simplemente protegerlos de ellas, pues no podremos protegerlos siempre, y cuando la vida les golpee con dureza, será demasiado tarde para decirles que ésta no es un camino de pasión, champagne, fresas y nata montada.

Como dijo la dama de hierro, Margaret Thatcher, cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país. Y no le faltaba razón. Pero son hoy las mujeres las que están actuando fuera de su naturaleza, en un intento de ser iguales a los hombres, solo hacen copiar nuestro comportamiento y sobre todo nuestros errores, por eso beben más que nosotros, fuman más que nosotros e intentan ligar como mínimo como lo hacemos nosotros, en un confuso entendimiento sobre la igualdad inculcado por ciertos partidos políticos y algunos medios de comunicación. El hombre por el contrario está descolocado, se siente en un terreno extraño, pues nuestra naturaleza está diseñada para conquistar al género femenino, no para ser nosotros los conquistados. Sin embargo ahora somos nosotros los que decidimos con quien nos vamos a la cama, no como sucedía antes y que es lo natural, que eran las féminas las que decidían con quién, dónde y sobre todo cuando, ¡¡ayyyy!! Recuerdo que ese cuando se hacía inalcanzable, pero eso nos gustaba pues sabíamos que nos encontrábamos ante una mujer de bien y que merecía la pena algo más que simplemente pasar un buen rato con ella, quizá una vida. Hoy ha cambiado todo, la mujer se entrega al hombre en la primera noche con la idea de que es ella la que está conquistando, amparándose en una falsa igualdad, sin esperar ninguna contraprestación por parte del hombre, solo sexo y punto, sintiéndose normalmente después defraudada, pues el hombre no la tratará con la sutileza que ella esperaba. La realidad es que la mujer necesita al hombre para ser feliz, y el hombre a la mujer, ambos son el complemento del otro, no solo la compañía y por nuestra propia naturaleza como ocurre en el reino animal, es el hombre el conquistador, y la mujer “la que se deja” conquistar, cuándo, dónde y sobre todo con quién, han de decidirlo ellas, si, ya sé, flaco favor estoy haciendo al género al que pertenezco, pero la realidad es ésta. Hoy hemos cambiado eso, y gracias a eso, hoy hay muchas personas infelices, tanto de uno como de otro género.

Para terminar e intentar definir la felicidad que hoy intentamos alcanzar y que por su propia naturaleza es inalcanzable, quiero referirme a ese maestro y filósofo español, Gabriel Albiac, el cual nos dice que; Cuando la ficción prima, el deseo acaba necesariamente por suplantar a la realidad, y esa es la línea más recta a la catástrofe. Hoy todos vivimos en una ficción suplantando la realidad, por lo tanto nos llevará a una catástrofe personal, es decir, a la infelicidad.

Son muchas las personas que ven imposible alcanzar la felicidad, y no por su presente, tampoco por el futuro que les pueda esperar, sino por el lastre que arrastran de su pasado. Yo siempre digo que cuanto más mires hacia atrás, más difícil te resultará mirar hacia delante, es decir, nuestra historia hay que recordarla pues es la raíz de nuestras enseñanzas y nuestras experiencias en la vida, y la guía perfecta para no caer en errores que ya cometimos en el pasado, pero no se puede vivir anclado en él y menos aún en nuestras desgracias. El futuro hay que verlo como lo que vendrá, y como no sabemos exactamente lo que será, pues no hay que fijarse en él al menos a largo plazo, solo ser cautelosos y un poco previsores. Pero lo verdaderamente importante, es el presente, pues en él es donde verdaderamente vivimos y el cual debemos manejar para ser felices. El pasado queda atrás, el futuro está por venir, así que es en el presente donde debemos residir, y ahí procurar sentirnos felices, día a día. Por otra parte, es en el presente también donde muchas personas por su actitud o aptitud siempre negativa ante la vida diaria hacen imposible alcanzar tal meta, ante eso, difícil solución.

De nosotros depende que acabemos viendo la realidad y no una ficción de nuestras vidas como la de que nos hablaba Albiac, para en algún momento, poder tener la oportunidad si la vida no nos ofrece muchas adversidades, de poder ser felices, al menos en algún momento de ella.

Como me recordaba recientemente mi buen amigo Marín, yo dije hace unos cuatro años, que la crisis económica que se nos avecinaba, sería mala para nuestros bolsillos, pero sin embargo buena para enderezar nuestras cabezas. Es triste, pero espero que dentro de lo malo así sea, y que de alguna forma, nos ayude a alcanzar la auténtica felicidad, no la utópica, que esa como les pasa a los borrachos con su casa, nunca es encontrada.

Me gustaría terminar de hablar de la felicidad recordando una frase de Winston Churchill, la cual dice así; La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Personalmente pienso que para alcanzar la felicidad, no hay que encontrar grandes quimeras en lugares lejanos, tan sólo se necesita ser muy realista, un tanto racional y algo humilde. Al menos a mí, me funciona. Pues yo puedo decir con mis necesidades básicas cubiertas, que hoy, soy feliz.

sábado, 12 de julio de 2008

TERTULIA DE LOS CATEDRÁTICOS, LA AMISTAD

LA FELICIDAD I

Hay ciertas personas que no soportan la realidad de este mundo que implica esfuerzo y que, pese a todo, en muchas ocasiones no ofrece más que adversidades. Ludwig Von Misses.

Las personas no podemos sentir una mejor emoción que la felicidad. Aunque es cierto que son pocas las personas que pueden decir que han tenido una vida feliz, pues la felicidad duradera como tal, no existe. Existen los buenos momentos que nos hacen felices durante un determinado tiempo, ya que todos hemos atravesado algún momento en nuestras vidas, donde la felicidad ha dejado de ser nuestra compañera por algún suceso acontecido, y por lo tanto, hemos dejado de ser felices. Hay un dicho popular que dice que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Creo que esta afirmación es extrapolable a la felicidad. Es cierto también que hay personas que se les dice que han nacido con estrella, pues suelen ser afortunados en la vida, y otras que son estrellados, pues todo les sale mal. Yo creo que la fortuna ha de buscarse, ya que a veces somos nosotros mismos los que nos buscamos los problemas, y otras, las que la vida nos pone por delante, como nos decía Von Misses, ésta no nos ofrece más que adversidades, cuando nosotros lo que buscamos es vivir felices, intentado poseer todo lo que deseamos.

La felicidad nos llega cuando los factores internos y externos nos estimulan. Cuando la salud, el equilibrio emocional y aquello que nos rodea y que nos importa, nos va bien. Cualquiera de nosotros puede ser feliz, aunque leyéndome pueda decirse uno a sí mismo, si, si, seguro… Pero si, se puede ser feliz, lo importante para conseguirlo es apreciar lo que se tiene, y no desear al menos en exceso lo que no. Hay personas que les pasa como a los borrachos, buscan eternamente la felicidad sin conseguirla, porque como les pasa a los borrachos, saben que tienen una casa, pero no saben adonde. Cuanto más alto pongamos el listón para encontrar la felicidad, “normalmente es un problema de materialismo”, más difícil se nos hará encontrarla. Es lo que les pasa a la mayoría de personas hoy día. Nunca hemos vivido con más comodidades en todos los sentidos, nunca hemos tenido una mejor calidad de vida, y sin embargo, nunca hemos tenido tantos divorcios, o gente que necesitan ir a un Psicólogo o Psiquiatra por depresión o ansiedad. Eso no les pasaba a nuestras abuelas, aunque para hacer la colada tuvieran que pasarse toda la mañana entre ir al río, lavar y volver, cargadas como mulas.

Por otro lado, encontrar la felicidad hoy día, es tarea difícil, pues con la subida del EURIBOR, la crisis económica que aunque algunos la nieguen, la tenemos aquí y desgraciadamente no hemos tocado fondo, esto es solo la punta del iceberg, y pensar cuánto afectará esto a la felicidad de las familias. Sin embargo, recuerdo cuando llamaba a la prudencia a amigos y compañeros de trabajo que me decían que se iban a meter en hipotecas colosales, entonces me decían que yo era un catastrofista, “lo que les soplaba Z al oído” sin embargo, hoy me dicen que ven cada vez más improbable que puedan soportar la subida del EURIBOR, ese EURIBOR que según ellos no iba a subir tanto como yo les preveía, a pesar de tener hipotecas a cuarenta años con interés variable, ahora ¿serán infelices? Claro que si, pero ninguna fuerza extraña les ha llevado a ello, solo la confianza en la bonanza económica de la que hemos disfrutado hasta que llegó este gobierno, y que aunque el Banco Central Europeo sube los tipos de interés para desacelerar el consumo y por lo tanto controlar la inflación, nuestro utópico presidente, el de la sonrisa perenne, aún sigue llamando al consumo, aún cuando la subida de los tipos intentan precisamente lo contrario para controlar la inflación. La tasa interanual ha subido en España al 5%, barrera que se alcanza por primera vez desde hace trece años, y este gobierno lejos de llamar al ahorro a las familias y a dejar de lado el consumo salvaje, nos llama a continuar, por lo tanto la inflación seguirá alta y el EURIBOR subiendo. Este gobierno también nos engaña y nos dicta cuando sonreír, incluso cuando nacer o cuando morir, pero nada sobre solucionar nuestros problemas reales, hablo de los económicos claro, y aún así, habiéndonos engañado, prometiendo una felicidad que se ha convertido en infelicidad, muchas personas les siguen, allá ellos. A las personas nos pasa como a esos jóvenes que se casan y que piensan que la vida será un camino lleno de pasión, champagne, fresas y nata montada, que no llegan a los cinco años de casados. Pues de pronto llega el Sr. Trichet, les sube el EURIBOR, y les hunde en la peor infelicidad, cortándoles las salidas de fin de semana al SPA, las cenas románticas en restaurantes con velas y devolviéndoles a la difícil y cruda realidad. LA VIDA.

Esta sociedad ha cambiado, o mejor dicho, la hemos cambiado. Antes se vivía con el sueldo del padre de familia, y si la madre trabajaba era para ayudar a tener una vida algo mejor. Hoy con la inclusión de la mujer en el mercado laboral, y la falsa denominada igualdad, se ha convertido en tarea imposible comprar una vivienda, pues es necesario, mejor dicho obligado, el sueldo de dos para comprarla. La familia como la conocíamos los de mi generación “año 1.972” ha desaparecido, esa familia que en verano cenaban en casa lo que podía cocinar humildemente la madre, y a lo que más aspiraban era a poder salir a la Heladería Valenciana después de la cena al Paseo Marítimo, a comerse un heladito. Hoy llevamos otro tren de vida, los dos trabajan fuera de casa y realizan las tareas del hogar, todo bajo un estricto horario semanal. Se supone que es todo un logro, pero sin embargo, las parejas nunca han sido más infelices, y nunca ha habido más divorcios. Porque hoy ya no se conforman con el heladito en La Valenciana, siendo para las parejas visita obligada el “TODO INCLUIDO” en las vacaciones, pero a pesar de tener ese nivel de vida, no alcanzan la felicidad, antes nos llamaba todo la atención, hoy nada. Las parejas de antes eran más felices teniendo menos, pues uno era el complemento del otro, el uno dependía del otro, eran un equipo. Cada cual conocía sus funciones, el marido que no faltase un plato de comida en la mesa, y la mujer, cuidar de su marido e hijos. Para la mujer era un propósito a conseguir, que su esposo fuese el más limpio y mejor planchado, y para el marido el que su esposa pudiese ir a comprar al Ultramarino sin tener que hacer cálculos aritméticos imposibles para poder llegar a fin de mes. La pareja era el complemento el uno del otro, uno era la mano derecha y el otro la izquierda, y eran felices. Por supuesto también había excepciones, pero menos que hoy día. Hoy se dice que uno puede subsistir perfectamente sin el otro, exceptuando el hecho de la compra del piso, del cual al hombre echarán como a un delincuente en caso de divorcio, pero si tendrá que seguir pagando su mitad de la hipoteca religiosamente, hasta que un buen día se canse de su infelicidad, y lo pague con su ex mujer, Uyyyyyy!!!! Esto es políticamente incorrecto, es mejor decir que tolerancia cero con el maltrato, ya que quedarnos ahí, será más fácil, que indagar y ver la raíz del problema para intentar subsanarlo y que no sigan muriendo más mujeres. Pero siguiendo con lo que tratamos, el hecho de que hoy el uno ya no depende en nada del otro, eso a priori debería ser bueno, sin embargo se ha convertido en la mayor razón de infelicidad en las personas. Nos guste o no, esto es lo que sucede hoy, todo esto es relativo a las parejas, pero qué hay sobre nuestra juventud.

jueves, 10 de julio de 2008

domingo, 6 de julio de 2008

LA AMISTAD

¡Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo! Marco Tulio Cicerón.

La amistad, complicado y amplio concepto. Se puede dividir en intensidad y género. Solemos oír decir a las mujeres cuando buscan una pareja para el resto de su vida, que ante todo, y dejando aparte la protección y seguridad que toda fémina necesita obtener del varón, lo que les piden es que sea prioritariamente su amigo, acertada petición. En mi opinión la amistad es el más grande de los sentimientos. Hablamos de amistad cuando ésta es recíproca, leal y sin condiciones. La lealtad es no sólo la base, sino un complemento de la amistad. La lealtad es un ingrediente obligado, pues no se puede entender una amistad exenta de ella. Y la amistad jamás ha de ser condicionada, pues perdería su naturaleza y razón de ser.

Para cocinar una amistad, los ingredientes que no deben faltarnos son; el respeto, la lealtad, añadamos una pizca de complicidad, un puñadito de confianza y por qué no, un chorrito de sensualidad si la amistad es entre géneros distintos. Estos son los ingredientes esenciales para una amistad; como diría Arguiñano: rica, rica.

Muchos podréis estar pensando que el cariño “comúnmente conocido como amor” está por encima de la amistad, pero ¿Qué es la amistad sin el cariño, y el cariño sin la amistad? El amor no es más que la culminación de una buena amistad. Al buen amigo se le quiere, si es de distinto género se puede llegar incluso a amarle. He aquí donde podemos entrar en otro terreno, la diferencia de la amistad, entre personas del mismo ó de distinto género.

Cuando la amistad es entre personas del mismo género, será una amistad sin peligro de ser viciada, es decir, no correrá el peligro de caer en la senda de la atracción física o sexual. Aunque sucede a veces, que aquel que se siente atraído por el otro jamás se lo dirá por miedo a perder esa confianza o lealtad del amig@, o por miedo a perjudicar en definitiva su amistad. En mi opinión se equivocan, pues si la otra persona de verás es amig@, le dejará clara sus pretensiones, y aceptará esos sentimientos del amig@, claro está sin tener que conllevarle a nada. Así que él/ella deberá aceptar los sentimientos del amig@, los cuales pueden ser correspondidos o no. Pero si entre ellos existe una verdadera amistad, la hará prevalecer por encima de lo demás. Cuando la amistad es verdadera entre ambos, uno respetará la decisión del otro, por lo tanto nunca hemos de temer decirle a esa persona sobre nuestros sentimientos. Cuando la amistad y la confianza son total, hemos de ser para nuestro amig@ como una cajita de cristal transparente, donde no haya secretos, y donde no se oculte ningún sentimiento. Una vez me dijo una amiga que nunca se debe contar todo, que hay que guardarse ciertas cosas, quizá cosas que puedan ofender o hacer daño por su naturaleza al amig@. Yo pienso que entonces esa amistad estará viciada, no será plena, pues hay otro ingrediente del que no he hablado hasta ahora y que es la sinceridad. De guardarse cosas, la confianza en la otra persona no será total, y por lo tanto, la amistad no será completa y sincera.

No debemos cometer el error de confundir los amigos con los conocidos. Los conocidos son aquellos con los que podemos irnos de marcha, mantener una conversación medianamente transparente, a veces puede que incluso opaca, simplemente felicitarles para su cumpleaños por teléfono con un sms, saludarles con un hola por la calle, etc… Los amigos son aquellos que están contigo cuando más los necesitas sin espera de ninguna contraprestación, los que jamás te echaran a la cara aquel fallo que cometiste, sin embargo si te dirán en qué y dónde has errado. Y los que te dirán a sabiendas de que te puedan hacer daño, no lo que supongan que quieres oír para contentarte, sino, lo que debes oír, aunque te duela. Como ha expresado poéticamente Campos, una amistad “vale tanto como la verdad que resiste”. Quienes tienen amistad, quienes disfrutan de la amistad, podrán soportar todo tipo de verdades que manifieste el amig@, incluidas todas aquellas que hablen de sus defectos.

Nada es comparable a la amistad, solo el amor, el cual yo lo califico como una amistad llevada a su plenitud. Uno se enamora de una mujer por reunir una serie de cualidades que nos cautivan, o sea, normalmente no somos conscientes del todo de nuestra elección, nadie suele pararse a pensar racionalmente si es la persona adecuada para nosotros y por qué, ya que el amor no es racional, sino que se deja llevar por una explosión de sentimientos, y nos sentimos atraídos por unas series de cualidades de la otra persona. Sin embargo la amistad es lo único que elegimos libremente. Porque nacemos en el seno de una familia determinada, o sea, tenemos que vivir con la que nos ha tocado. Pero los amigos, ¡ayyy! los elegimos nosotros. Somos libres para elegir a los amigos. La amistad es lo mejor de la vida. Aquel que no tiene amigos, es el ser más pobre del mundo. Cuando hablo de amig@s, me refiero a amig@s.

Mis enemigos estarán contentos esta semana, y mis seguidores quizá no tanto. Pues he cambiado un poco mi línea, aparcando la política, la inflación, el Euribor o el superávit, para hablar de un concepto como la amistad. Todo sea por una amiga. Una amiga a la cual no le agrada la política y me dice que mis artículos sobre política no le interesa, pero cuando hablo sobre la sociedad o me pongo a filosofar sobre conceptos, le entusiasma.

Este artículo va dedicado a esa amiga, la cual es una amiga muy especial. De esas que siempre me tendrá a su lado cuando me necesite y a la cual quiero mucho. Es de esas amigas que sé que aunque no me lo diga, “la chica es timidilla”, nos tenemos un cariño recíproco. Ella suele llamarme “su filósofo favorito”, qué más quisiera yo ser filósofo, pero ella como buena amiga, me sobrevalora. Ahora habré de esperar su crítica, tendré que santiguarme, ya que ella siempre me dice la verdad, sea buena o incómoda, como hacen los buenos amigos. Nuestro acercamiento fue corto pero intenso, y aunque unos mil kilómetros nos separan hoy, yo la siento como a un metro de mí cuando hablamos por teléfono. ¿Qué pasha? ¿Se nota que me gusta? Pues claro, ella es mi amiga.