sábado, 25 de julio de 2009

RISTO MEJIDE Vs. LOBBY GAY

Por fin ha terminado otra edición más del programa televisivo operación triunfo (OT). Lo que comenzó siendo un programa en el cual unos jóvenes acudían a una academia de cante y baile rememorando a la antigua serie de TV, FAMA, ha pasado a ser un simple reality, un gran hermano.

Entre los miembros del jurado de la academia se encontraba un personaje muy “peculiar”, Risto Mejide. Este publicista como él mismo se denomina, ha sido el azote –si no me equivoco durante tres años consecutivos- de los llamados triunfitos. Pocas veces en mi vida he visto denigrar y ofender a una persona con semejante saña, como la empleada por Mejide hacia estos chavales. Más aún si cabe siendo éstos, chavales que rozan la mayoría de edad. Pero parecía que todo valía entonces para Mejide. Bajo un estilo muy particular, repartía estopa a diestro y siniestro haciendo que el público del programa tanto en la academia como los que le veían en sus televisores, se escandalizaran en muchas ocasiones, pero siempre le alentaran. La dirección del programa no hacía nada, todo valía para aumentar la audiencia de un programa que como suele ocurrirle a los de esta clase, suelen perder el interés del público una vez vista su primera parte, las cuales suelen arrasar, pero que después las siguientes, aburren a la audiencia.

Todos recordamos la primera etapa del concurso, aquella en la que un tal Bisbal nos deleitaba con su fuerza en el escenario, una Chenoa que nos sorprendía con su puesta en escena, un Bustamante que nos llegaba al corazón con el sentimiento que imponía en sus canciones y cómo no, una Rosa que nos regalaba una voz prodigiosa. Pero tras todo eso, estaba el “Reality”. Los espectadores podíamos meternos en el backstage, ver cómo ensayaban, cómo preparaban por separado las canciones de la semana, cómo aprendían cosas en conjunto, pero también, de qué hablaban mientras almorzaban ó qué comentaban cuando estaban descansando entre ellos. Todo un gran hermano con un ingrediente principal, trabajar para triunfar como cantantes, como mismamente se llama el programa, una operación triunfo. Pero como dije anteriormente, el programa tras dos ediciones, y como suele pasarle a este tipo de programas, termina por quemarse, por lo que la dirección del programa decidió que había que darle vidilla a las galas introduciendo en el jurado a alguien como Risto Mejide, que ante todo, lo que levantaría sería la polémica, la polémica llama la atención, y ésta a la audiencia. Aquel que simplemente estaba allí para juzgar la labor de los concursantes y sus aptitudes, terminaba imponiéndose como protagonista absoluto del programa. Aún empleando los métodos más repugnantes y las formas más denigrantes para calificar a los concursantes que simplemente iban allí con el ánimo de triunfar en la canción. O de lo contrario, marcharse para casa si realmente el jurado no le veía futuro en ella.

Han sido años, donde Risto Mejide ha campado a sus anchas disparando soflamas por la bocacha de sus labios e impactando directamente contra jóvenes con grandes aspiraciones, y que les indicaba lo poco que valían y el ridículo que hacían estando allí. Entonces todo eso valía, todo se le era permitido. Risto Mejide volvió a levantar la audiencia de un programa en fase de descomposición, y eso tenía un precio que la dirección del programa de T5 estaba dispuesta a pagar, insultos y denigración a chavales que habían cometido el enorme pecado de querer triunfar. El programa alcanzaba cotas de audiencia tolerables y Risto era gran parte de ese nuevo éxito. Es por lo que durante tres años todo se le ha permitido a Risto Mejide. Desde decirle a una niña que quiere triunfar como cantante que una cabra cantaría mejor que ella, hasta cosas peores. Pero no pasaba nada, la audiencia mandaba, y aunque a veces era abucheado, Risto era su reclamo. Todos ansiaban finalmente oír sus opiniones, las compartieran o no.

Pero todo tiene su fin, y todo iba bien hasta que Risto topó con el lobby gay. Al presentador del programa Jesús Vázquez, le pareció de mal gusto un comentario del provocador miembro del jurado a uno de los concursantes en la antepenúltima gala del concurso y le replicó por ello. Todo debido a una frase que puede dar lugar a muchas interpretaciones dicha desde la ironía o incluso desde el sarcasmo, dos señas de identidad en la palabrería del polémico Risto. La frase decía; Tío, yo te entiendo, en esa Academia tendría mucho miedo de dejar los orificios abiertos. Tras la cual se produjo un rifi rafe entre el miembro del jurado y el presentador del programa.

Tras lo sucedido y al acabar el programa, la dirección del programa decidía expulsar –nunca mejor dicho- al polémico publicista del jurado del programa tras tres años de insidias, denigración e insultos a los concursantes del mismo, los cuales hasta ahora, no habían importado. Pero alguien del Lobby Gay se había sentido molesto por una frase de Risto, según parece inaceptable para el presentador y la dirección del concurso, lo cual sirvió para sin mediar más, echarlo.

Quién le iba a decir al bueno de Risto, que sería un comentario que como digo puede ser interpretable –cosa que él acostumbra a hacer, sabe cómo hacerlo y que de hecho así lo ha realizado en multitud de ocasiones en el mismo programa- el que lo sacara de un plumazo del programa. Con el lobby gay hemos topado. Y es que hay cosas en España que no se pueden hacer, líneas que no se han de sobrepasar, lo que llevó a Mejide a la popularidad profesional dentro de OT, le ha sacado de ella por parodiar o dirigirse a quienes no debía. Homófobo, misógino y otras lindezas le llamó Vázquez, pero eso parece no tener importancia. Vaya, Risto nos debe odiar a todos según Vázquez, por hablar de unos orificios abiertos, bueno, ya se sabe, eso es lo que tiene las distintas “sensibilidades”. La de los concursantes no han importado, nunca han importado visto lo visto, pero la llegada de Vázquez al programa ha propiciado que la lengua rota de Risto se rompiera, y una vez sobrepasado ese límite, haya conducido a su expulsión del programa. Aquello que le condujo al éxito antes, ahora le conduce al fracaso.

No seré yo desde luego quien defienda a Risto Mejide, pero si diré que no se puede vender un producto durante tres años en un programa de TV para acto seguido, rasgarse las vestiduras cuando nos damos por aludidos ante algún comentario quizás inoportuno del que siempre los hace y siempre queda impune.

Puede que todo esto no sea más que otra campaña más de marketing orquestada por el programa para volver el año próximo más fuertes que nunca. Porque hasta el bueno de Risto tiene un límite de popularidad, y es el índice de audiencia el que manda. De momento, tanto la dirección del programa como el mismo Mejide han corrido un tupido velo en el tema. Ninguno de las dos partes dicen las razones de la expulsión del publicista del jurado, aunque ésta sea un secreto a voces. Puede ser que el silencio sea propiciado por condiciones de contrato ó simplemente una estrategia de marketing. Pero sea lo que sea, lo veremos el año que viene. Mientras tanto, a disfrutar del verano y a limpiar la mente de programas basura que sólo sirven para minar las mentes de nuestros jóvenes y no tan jóvenes. En la vida todo es trabajo, esfuerzo y constancia. Hay atajos que pueden servirnos como participar en programas como este, pero para eso, debemos estar dispuestos a pagar un precio altísimo. Debemos estar dispuestos a pagar con nuestra dignidad. Realmente creo, que no merece la pena.

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