sábado, 1 de noviembre de 2008

ATENTADO EN NAVARRA

Esta semana ETA ha vuelto a intentar hacer de las suyas. Los chicos de la gasolina como los denominaba Arzallus ahora más creciditos, han intentado provocar una masacre en la universidad de Navarra. He visto como el Ministro del Interior especulaba sobre las intenciones de los etarras y si cuando dieron el aviso de rigor de que un artefacto explosivo había sido activado, el no decir en qué ciudad estaba el coche aparcado, fue una equivocación o por el contrario algo malintencionado.

Con esto no hacemos más que hacer el juego a los terroristas, al entrar en el relativismo que empaña nuestra sociedad actual en un tema como éste. ¿Qué más da la intención de los etarras ocultando o despistándosele ese dato? a veces pareciere que lleváramos sufriendo esta lacra tres días, por dios, a veces ¡qué gilipollas somos! La intención de los etarras está bien clara, era provocar una masacre de proporciones magnas, cobrándose la sangre de gente joven, de nuestros hijos, que siempre tiene más impacto, y a poder ser, numeroso en su cuantía por la hora y el lugar elegido. Nadie en su sano juicio dudaría este hecho. Sin embargo nuestros políticos se embarran en juicios de intenciones. Es como si un juez antepusiera la forma de cómo se había producido un asesinato por encima del propio asesinato, una locura. La función del terrorista como bien dice la palabra, es crear terror, crear pánico. Claro que no se dan cuenta esas alimañas, que llevan así cuarenta años y aún no han conseguido doblegar a esta sociedad. Ninguna víctima tras un atentado ha pedido al gobierno de turno que pare esto, que negocie, que ceda al chantaje. Porque saben que de hacerlo, terminarían de rematar la memoria de su familiar asesinado por estas alimañas, estos cobardes.

Pero el gobierno actual cae en la trampa de siempre, primero negociaron, después llamaron a Otegui “hombre de paz”, intentaron excarcelar a De Juana, excarcelación que quedó suspendida tras el atentado de la T-4, y ahora, dicen luchar con todas las herramientas del estado de derecho y que estos asesinos terminaran donde están el comando Nafarroa, la cárcel, arrestado en estos días y por lo que se supone ha respondido la banda terrorista. Espero que no tengamos que ver cómo se repiten episodios como el de los G.A.L. Pues a eso caminamos. Por algo seguimos teniendo a Rubalcaba.

El fin de estas alimañas los conocemos todos, vascos, navarros y restos de españoles. En Marbella también tuvimos en el año 2.002 nuestro coche bomba, el cual finalmente no produjo ninguna víctima pero si generó un pánico generalizado, afectando como no a nuestro principal mercado, el turismo. Lo recuerdo perfectamente porque la madre de mi hija trabajaba en el hotel al lado donde estalló el coche, fueron momentos difíciles hasta que logré hablar con ella.

Tanto en educación como en materia terrorista, nuestra nación necesita un gran pacto de estado que nunca llega, y que los terroristas aprovechan a su favor, ya que mientras nuestros políticos se tiran los trastos a la cabeza, según estén en el gobierno o en la oposición, año tras año incentivan los nacionalismos dejándoles que sean ellos con un 4% de representación en el parlamento, los que controlen al 96% restante, solo porque los dos grandes partidos nacionales no son capaces de anteponer su patriotismo tan exacerbado en estos últimos años por los socialistas, y tan valorado por la derecha en público, pero menospreciado en privado.

Las minorías controlan a la mayoría, eso puede ser progre, pero terminará conduciéndonos adonde una vez nuestros abuelos nos dijeron, que no deberíamos llegar nunca, nunca más de nuevo. Lucharan nuestros abuelos en un bando o en otro, nos decían lo mismo, ¿o no?

Miguel Ángel Blanco, perdónanos porque un día moriste por unos principios y unos valores que hoy menospreciamos. Moriste por nada, al menos a día de hoy. Pero, déjanos enmendarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Flojillo y topicón. Esperaremos algún momento de inspiración.