lunes, 12 de noviembre de 2007

LA SENTENCIA DEL 11-M

Ese día tan esperado por todos los españoles y sobre todo por las víctimas del terrorismo llegó. Todos pudimos oír de viva voz al juez del Olmo dictar la sentencia por el atentado más grande y horrendo de toda la historia de España, el conocido como atentado del 11-M.

Después de oír la sentencia a pocos ha dejado contentos, de hecho las víctimas y la fiscalía van a recurrirla. Creo que la mayoría esperábamos una sentencia más contundente por estos hechos, pero solo a dos de los encausados se les ha condenado como responsables en grado de autor y a uno como cooperador necesario. La suma de penas que asume Zougam asciende a 42.922 años de prisión. El Gnaoui afronta un total de 42.944 años. Suárez Trashorras “cooperador necesario” responde también por el homicidio del GEO fallecido en la explosión de Leganés y los heridos en la misma (34 geos y 15 vecinos). Sin embargo, el tribunal ha tenido en cuenta el atenuante por su enfermedad mental, y la pena total es de 34.715 años de cárcel. El resto de los encausados, Fouad el Morabit, Basel Ghalyoun, Mouhanad Almallah Dabas, Saed el Harrak, Mohamed Larbi ben Sellam, Rachid Aglif y Abdelmajid Bouchar han sido condenados a 12 años de prisión por pertenencia a organización terrorista. A Aglif y Bouchar, además, se les encuentra culpables de un delito de tenencia de explosivos; Aglif, por cooperar en el tráfico y a Bocuhar, por el alijo de dinamita que había en el piso de Leganés en el que ha quedado demostrado que estuvo. Esto supone seis años más de prisión para ellos dos.

Visto el resultado, uno no sabe si tirarse de los pelos o hartarse de reir, aunque maldita la gracia que tiene. Que la mayoría hayan sido condenados únicamente por tráfico o pertenencia de explosivos, pues las pruebas lo único que demuestran es eso, “vale”, pero que les caigan doce (12) años habiendo sido los “proveedores” de los explosivos que masacraron a 192 personas y herido a más de 1.800, hombre “vale ya”…

Por otro lado, aquel que la “Versión Oficial” mantuvo como el autor intelectual del atentado Rabei Osman Al Sayed Ahmed conocido como “El Egipcio” estaba acusado de inducir el movimiento 'yihadista' en Madrid y se enfrentaba a una pena de 38.962 años por 191 asesinatos terroristas y 1.841 en grado de tentativa. En Italia fue condenado por pertenencia a organización terrorista y ése delito, por el que ya cumple condena en aquel país, es el único del que el tribunal del 11-M le ha encontrado culpable. Por lo que no ha podido ser condenado nuevamente, luego ha sido absuelto. Hay algunos medios de comunicación que se empeñan en decir que el juez se ha equivocado en no condenarlo, pues la sentencia no es firme en Italia a lo que el juez ha contestado que no importa que no sea firme, pues la condena sería por pertenencia a Banda Terrorista, no por autor intelectual del atentado.

Creo que escuetamente, éste sería el resumen de una sentencia de 721 páginas, tampoco me voy a introducir más en ella primero porque no soy jurista, y segundo porque podría confundirme en algo y por tanto confundir al lector, cosa a lo que no estoy dispuesto.

Pero pasemos a lo vergonzoso del tema que no es poco, el tema político.

España es un país, una nación, que ha padecido distintos terrorismos a lo largo de su más inmediata historia. Todos ellos han sido nacionalistas, hemos conocido las zarpas del terrorismo nacionalista catalán “Terra Lliure”, el también terrorismo de la banda terrorista “GRAPO” y la peor por más longeva y persistente, la banda terrorista “ETA”. Todos sabemos que el fin de todas ellas y de todo terrorismo no es otro que como indica la propia palabra “causar terror”, no se trata de matar a una, dos, quince o quinientas personas, se trata del impacto y la repercusión que el atentado en sí tenga sobre la población.

España ha pasado por distintas etapas donde la ciudadanía ha demostrado una distinta sensibilidad ante el terrorismo. Empecemos a rememorar desde el fin del franquismo y la llegada de la democracia. Comenzamos sufriendo el asesinato de policías Nacionales, Guardias Civiles y Militares en los primeros años donde todos o al menos la mayoría lo veíamos como una pena que esto sucediese, pero también como algo que estos profesionales llevaban en la nómina, pero no llegábamos más allá. He oído a algunas personas decir cómo tenían que sacar después de la misa a su familiar o amigo por la puerta de atrás de la iglesia en el ataúd, ya que esto era algo digamos no bien visto, los profesionales anteriormente citados no eran bien vistos en zonas españolas como las provincias vascongadas o País Vasco. Posteriormente, comenzaron a atentar contra Casas Cuartel donde residían niños, y donde algunos de éstos encontraron la muerte, como es el ejemplo de la familia del Sr. Francisco José Alcaraz Presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la sociedad comenzó a llevarse las manos a la cabeza. Pero como sociedad, seguíamos sin reaccionar.

Años después, en junio de 1987, ETA realizó un brutal atentado contra ciudadanos civiles en el Hipercor de Barcelona, 21 personas murieron en ese atentado y 45 resultaron heridas, en el conocido como el mayor atentado de la historia de ETA. La sociedad quedó conmocionada pero aún no reaccionaba.

Posteriormente, comenzaron a ser los políticos los objetivos prioritarios de la banda terrorista, y parece que ahí empezó a cambiar la cosa, fueron muchos los que fueron asesinados, aunque un atentado que tuvo un brutal impacto sobre la sociedad fue el que sufrió una funcionaria de la Dirección General de Policía junto a su hija, hoy conocida por todos, Irene Villa González. Este atentado tuvo una especial repercusión sobre la sociedad, ya que Irene Villa contaba entonces con doce años de edad cuando se disponía a salir con su madre en el coche de ésta al colegio y explotó una bomba lapa adosada a los bajos del coche de su madre. En dicho atentado Irene perdió las piernas y tres dedos de una mano. Su madre perdió una pierna y un brazo. Este atentado conmocionó especialmente a la sociedad, sobre todo después de la lección que una niña de doce años nos dio a todos con sus ganas de vivir y recuperarse.

ETA dejó de atentar contra militares y miembros de cuerpos de seguridad del estado, y empezó a atentar contra civiles y políticos. Al fin esto hizo reaccionar a los ciudadanos y nos dimos cuenta que no, que estos profesionales no llevaban en sus nóminas el riesgo de morir víctimas de un atentado y no recibir siquiera el apoyo de aquellos que estos profesionales defienden y protegen diariamente, TODOS NOSOTROS.

Para no extenderme demasiado, culminaré esta singladura recordatoria con el martirio y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido. No voy a adentrarme en detalles sobre aquel cobarde asesinato donde se chantajeó a toda una sociedad, pero sobre todo a su gobierno. Al entonces presidente del gobierno se le presentó una papeleta bastante difícil de resolver, se trataba de la vida de un español, de un compañero de partido, de un amigo, a cambio del reagrupamiento de los presos etarras en las Vascongadas o País Vasco, con lo que aquello suponía. El Presidente del gobierno tomó la decisión que se esperaba de él como presidente del gobierno, dejando a un lado los sentimientos que ese chantaje provocaba, a él y a todos los españoles. El chantaje se consumó y el vil asesinato llegó, España recibía como un mazazo la por otra parte esperada noticia del asesinato de Miguel Ángel Blanco que en pocas horas se había convertido en nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro primo o nuestro hijo. Porque a cualquiera de nosotros o de nuestros familiares podría haberle tocado.

Sin embargo, los españoles no nos cuestionamos si el gobierno había mediado bien en el chantaje o si éste había actuado razonablemente, no. Los españoles nos unimos como una piña frente a los terroristas. No importaba si a nuestro lado había un socialista, un comunista, un falangista o un liberal. Aparcamos nuestras ideologías para unirnos frente al enemigo común, el terrorismo. Todos éramos españoles, todos éramos una piña frente al terror, todos éramos Miguel Ángel Blanco. ¿Os acordáis?

Algunos pensareis que quiero meter el tema de ETA para terminar refiriéndome a la teoría de la conspiración, pero os equivocáis, pretendo mostrar la evolución de la sociedad española y su sensibilidad frente al terrorismo.

Porque frente a la sentencia del 11-M desgraciadamente no podemos decir lo mismo, de hecho es tras los atentados del 11 de Marzo de 2.004 donde comienza la separación de la unidad de los españoles frente al terrorismo, para buscar culpables que por una vez no eran los terroristas. Es aquí donde comienza la separación de la sociedad, anteponiendo la ideología política a la unión frente al terrorismo y por la libertad. El Gobierno del Partido Popular intentó arrimar el ascua a su sardina, teniendo la convicción “moral” de que los autores era ETA, aún tras producirse las primeras detenciones de islamistas, eso si, hay que decirlo, antes de que los españoles fuésemos a votar teníamos meridianamente claro que los etarras al menos, no habían puesto las mochilas en los trenes, en todo momento nos llegó la información que iba saliendo al segundo por parte del Ministerio del Interior y de las detenciones que se habían producido por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.

Por otro lado El entonces partido de la oposición PSOE, llegó a decir aunque con su comedido poder dialéctico que la culpa del atentado la tenía el gobierno de Aznar por haber participado en la guerra de Irak, que el gobierno mentía porque había hasta tres terroristas islamistas suicidados o inmolados en los trenes,”esto fue dicho por medios de comunicación tras comunicación del mismo Rdrez. Zapatero a los mismos” e hizo un llamamiento vía E-mail y teléfono móvil a sus simpatizantes para que se concentraran frente a las sedes del PP en el día de reflexión lo que calificaron ellos como de concentración espontánea, tan espontánea que todos llevaban el mismo cartel con la misma letra y mismo rotulador. En ese mismo día de reflexión, el Sr. Pérez Rubalcaba se lo saltó a la torera y dio una rueda de prensa para decir que los españoles se merecían un gobierno que no les mintiese, cuando fueron ellos los que de verdad utilizaron la mentira como herramienta revolucionaria para manipular el día de reflexión y el posterior día de elecciones. Aunque esto lo supimos años después.

A los terroristas les salió redondo el atentado, causaron 192 muertos y unos 1.800 heridos, pero lo mejor para ellos fue dividir a una sociedad acostumbrada a sufrir las zarpas del terrorismo, que hace muchos años estaba unida y le gritaba no hace tanto tiempo a ETA, “ETA dispara, aquí tienes mi nuca.” Ahora no.

Los políticos ante las inminentes elecciones generales intentaron manipular el atentado, unos para que no le perjudicase, y otros para arrebatarle al otro el poder echándole la culpa de todo y acusándole de mentir. Ahora con la sentencia volvemos a las andadas, y no nos damos cuenta que así, los terroristas ganan y los demócratas perdemos.

Después del 11-M, España es una democracia de pandereta. Se anteponen los intereses políticos por delante de los democráticos, y todavía podríamos decir que son cosas de los políticos y que todos son iguales, pero no es así, ya que nosotros hemos seguido esta conducta y somos tan culpables como ellos, o seguramente más. Los terroristas saben ahora que con un atentado en España se puede dar un vuelco electoral en favor de quien ellos crean oportuno, deberemos atenernos a las consecuencias.


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