sábado, 18 de julio de 2009

EL MERCADO TURÍSTICO (Y II)

La semana pasada nos quedamos en la pregunta; ¿Puede mantener un hotel un estándar de calidad y de servicio a los precios que actualmente se ofertan en la Costa del Sol? Obviamente no. Hay hoteles que llegan a colgar el cartel de completos pero que a fin de mes el resultado financiero obtenido es sinceramente lamentable. Como dice el dicho; mucho ruido pero pocas nueces. Una empresa hotelera no puede subsistir de ese modo y en estas condiciones de crisis, menos aún, al menos por mucho tiempo. Primeramente quiero decir que yo mismo defendí en este diario en un artículo al que llamé ¿Turistas de bocadillo? Si, gracias. que no había que menospreciar al turista de bajo poder adquisitivo que llegaba a Marbella, pues ellos pagaban al fin y al cabo nuestras hipotecas y eran los que nos daban de comer en esos momentos en los que la crisis comenzaba a eclosionar. Aunque eso si, sin descuidar al cliente de alto poder adquisitivo que hemos tenido en la costa en estos últimos años y que por alguna razón se ha perdido. En mi opinión por la sobreoferta de plazas hoteleras, la cual ha traído el abaratamiento de los precios, y consecuentemente, la reducción de la calidad en el servicio.

Pero entonces, ¿Cuál es la solución o posibles alternativas? Pienso que tenemos una difícil papeleta ante nosotros, y que aunque soluciones y alternativas, haberlas haylas, ninguna de ellas sean demasiado halagüeñas. Yo las resumiría en tres opciones distintas. Son estas;

Primera, recortar aún más los servicios para poder mantener los precios que se están ofertando. Suprimir servicios tales como los de restaurante, bares, piscina, etc… Porque la única forma de recortar precios es recortando gastos. Los gastos que se han recortado ya han sido notables, pero por lo que se ve, no son suficientes. Algunos de esos recortes en el servicio han sido impuestos desde la Junta de Andalucía, como la de suprimir el servicio de autobús gratuito que algunos hoteles situados en el extrarradio de la ciudad ofrecían a sus clientes –según la junta- por competencia desleal a las empresas de transporte. Esto ha ocasionado que muchos hoteles pierdan clientes por este hecho, puedo dar fe. Otros recortes notorios –ya por parte de las empresas- han sido el recorte de servicios, de personal y de profesionales; un ejemplo es el típico y útil botones, el cual no sólo le subía el equipaje al cliente que lo requería sino que se utilizaba para realizar otros muchos menesteres. He de decir que esta primera alternativa expuesta, la considero cortoplazista y que puede ser una solución momentánea pero nunca definitiva.

Segunda, Apostar por la calidad del servicio aunque eso suponga aumentar los precios. De momento, esta alternativa es difícil, pues ha calado ese mensaje de marketing empleado por una cadena de electrodomésticos que dice; “yo no soy tonto…”. Por lo tanto hasta que no se produzca la tercera alternativa que voy a explicar a continuación, sería una temeridad aplicar esta segunda alternativa hasta entonces.

Tercera, dejar que el propio mercado suprima la sobreoferta de plazas hoteleras existentes a día de hoy. Si, estoy hablando incluso del cierre de hoteles. Aquellos que sean débiles y no puedan sobrevivir a la competencia que en estos momentos se está llevando a cabo tendrán que sucumbir. Los fuertes ganarán, los débiles caerán. En estos momentos hay un pastel que hay que repartir entre veinte cuando hace años se repartía el mismo pastel entre cinco. Por desgracia, el volumen del pastel no ha crecido, tal como muchos empresarios que invirtieron su dinero en construir hoteles en la zona, previnieron. El pastel es el mismo, sin embargo los comensales son más del doble, por lo tanto no hay pastel suficiente para todos. Ahora están compitiendo en precios para llevarse el gato al agua, sin embargo, como ya he dicho, la sostenibilidad de la empresa con esta estrategia resulta imposible si se siguen ofreciendo los mismos servicios. Bueno si, solo a coste del beneficio, llegando a no obtener ninguno o incluso caer en el déficit. No se puede abaratar precios manteniendo el coste. O se “abaratan” los servicios, o se elevan los precios. De momento estamos en el ver –con perdón por la expresión- quién mea más largo. Quién aguanta por más tiempo en esta dura lucha por mantenerse abierto, mientras otros sucumben. En una economía de mercado veremos los acontecimientos venir, sin embargo, no podemos permanecer impasibles ante tales acontecimientos. Hay que buscar alternativas, dicen que las crisis hacen crecer el ingenio, y eso debemos hacer, emplearlo para continuar en la brecha y prosperar.

Pasando a lo político, esta semana hemos tenido la noticia de que en Marbella tendremos el nuevo laboratorio de inteligencia turística, “como si hasta ahora no se hubiese pensado en cómo incentivar la llegada de turistas a la costa, o el problema fuese la falta de inteligencia en el sector”. El proyecto tiene una inversión de entrada de 1,8 millones de euros financiados por el ejecutivo andaluz. En mi opinión esto sólo servirá para emplear a más funcionarios que no conseguirán nada y para gastar dinero público que como dijo una ministra del gobierno central, no es de nadie. Mientras el gobierno autonómico aprueba esta partida presupuestaria, presume de proteger a los trabajadores andaluces. Eso si, permitiendo que trabajadores como los compañeros de Los Monteros permanezcan siete meses sin cobrar su sueldo y sin ninguna protección social. Sólo aquella que le ofrece esa institución tan menospreciada por los distintos gobiernos pero que es en definitiva la más importante y solvente de todas; la familia. Todos los políticos han aprovechado la ocasión para ir a mostrar su solidaridad a los trabajadores de Los Monteros y de paso a hacerse la foto junto a ellos. Ninguno ha considerado ni pedido la posibilidad de ayudar a estas familias de alguna forma sin tener que esperar a que pierdan su empleo y entonces otorgarles el subsidio por desempleo. Eso si, cuando todo está ya perdido.

El sector turístico en la Costa del Sol tiene ante si un panorama complicado. Esto no es solo cosa de los compañeros de Los Monteros, aunque ellos son los primeros que se han visto afectados, pero muchos otros vamos poniendo nuestras barbas a remojar.

Donde los políticos deberían habernos ayudado, es en que el tren que cruza toda la Costa del Sol, no fuese un proyecto sino una realidad. Señores, andamos por el año 2.009 y aún estamos así. Son las infraestructuras las que deben ser mejoradas con el dinero de los ciudadanos, y dejarse de chorradas de laboratorios de inteligencia, que como laboratorio que es, si no descubre la pócima mágica que convenza a los turistas de visitar la Costa del Sol, no servirá para nada. Servirá para gastar un dinero del que los ciudadanos no disponemos y que deberemos pagar para hacer ese seudo proyecto efectivo.

Ante semejante panorama, sólo nos queda apretar los machos y ver hasta dónde llegamos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Traidores neoliberales. Cáncer de España

http://www.publico.es/internacional/239598/lobby/neoliberal/pp/boicotea/espana/eeuu

Josemarbella dijo...

Vaya y yo que me pensaba que el cáncer de España eran los nacionalismos apoyados por los socialistas. El PSOE pactando el plan autonómico con la ERC. y gobernando con ellos en Cataluña.

Por otro lado, no sabía yo que el amigo de Zp le traicionaría para hacerse caso del amigo de Bush. Acompañado por la adalid del neoliberalismo y secundada por Federico. Patética la información de Público, pero de ser así, vaya peso tenemos en el mundo de la mano de Zetaparo. Así nos va...