sábado, 6 de diciembre de 2008

PEPIÑO EL LEGIONARIO

Las palabras que ha dedicado el Vicesecretario del PSOE José Blanco a la presidenta de la comunidad autónoma de Madrid Esperanza Aguirre, tras el atentado terrorista perpetrado en Bombay y que pilló de lleno a la delegación madrileña y a su presidenta en el lugar del atentado, no habrá cogido a ésta por sorpresa a pesar de la bilis escupida por el ínclito Pepiño. Lo digo por estar ésta acostumbrada a los improperios de quienes deben hacerle oposición, como única herramienta para desgastarla políticamente y poner en duda su gestión política, ya que de argumentos andan cortitos. Hasta a alguien como a mí que no le tiene una gran consideración a D. Pepiño, me ha sorprendido las palabras hacía la presidenta de Madrid tras salir ilesa del atentado, tanto ella como toda la delegación madrileña, la cual se encontraba en la recepción del hotel en el momento en el que comenzó el tiroteo. Tras varias peripecias y ayudados por personal del hotel, lograron salir del mismo horas después y en coche dirigirse al aeropuerto donde pudieron coger un avión que les trajo felizmente de regreso a España. Pero a D. Pepiño, eso, no le ha parecido bien.

Miraba atónito las palabras de Pepiño dichas en su propia boca, pues aunque sé que este señor “por denominarlo cortésmente” es muy dado al insulto a las víctimas del terrorismo como hemos visto en episodios anteriores -como cuando insultó a un enfermo poliomielítico en una manifestación de la AVT en Sevilla- me llamó mucho la atención que D. Pepiño recriminara a la presidenta de Madrid que hubiese salido corriendo del atentado junto a toda la delegación madrileña, y que regresarán todos sanos y salvos. Tras haber salvado la vida todos ellos de milagro. Según él, porque aún quedaban españoles allí.

Es por lo que me extrañó mucho, viendo su arrojo, que en el vuelo militar que fletó el gobierno español a Bombay para recoger a los españoles que allí quedaban y que por cierto quedó corto de pasaje, no estuviese D. Pepiño. Me extraña porque una persona con ese valor y esos redaños demostrados por D. Pepiño, eso si, en Madrid arropado en un atril y rodeado de los suyos, no se ocupase personalmente de constatar que todos los españoles habidos en Bombay estaban a salvo y habrían regresado, acudiendo él personalmente.

Al oír a D. Pepiño, he recordado tiempos pasados cuando asesinaban a alguien en el País Vasco y se escuchaba de fondo ese “algo habrá hecho” ó “claro, es que era militar o policía”. Convirtiendo la sociedad a la víctima en culpable. Gracias a dios eso ha cambiado, pero precisamente a lo que tristemente ha recurrido D. Pepiño en su afán de aprovechar cualquier momento, para linchar a la presidenta madrileña. Dña Esperanza Aguirre es una víctima del terrorismo tras este suceso, por muy presidenta que sea. Las personas de bien nos alegramos de que haya vuelto sana y salva junto a toda su delegación que no hacían más que intentar exportar el mercado madrileño al mundo y así intentar paliar o crear alternativas a la difícil crisis que nos inunda. Otro, que dícese valeroso cuán caballero legionario fuere, no promulga con el ejemplo. Pues tan solo es capaz de ver los toros desde la barrera. Eso si, grita y vitorea con ímpetu, pero no tiene los redaños suficientes para salir a la plaza.

Después nos llevamos las manos a la cabeza con cuestiones como la violencia de género, pero son aquellos que deberían dar ejemplo, los que acusan a una mujer de salir corriendo ante una adversidad tal, como un cruel, sangriento e impactante acto terrorista del cual ha sobrevivido de milagro. Yo soy hombre, y habría hecho lo mismo, salir de allí. Más pronto que tarde. Además, cualquiera sabe que en estos casos lo que funciona es el protocolo de seguridad establecido y no el dictado de la personalidad en cuestión.

Una vez más te has retratado Pepiño. Y D. Mariano callado, luego otorgando... Qué pena.

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