domingo, 6 de julio de 2008

LA AMISTAD

¡Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo! Marco Tulio Cicerón.

La amistad, complicado y amplio concepto. Se puede dividir en intensidad y género. Solemos oír decir a las mujeres cuando buscan una pareja para el resto de su vida, que ante todo, y dejando aparte la protección y seguridad que toda fémina necesita obtener del varón, lo que les piden es que sea prioritariamente su amigo, acertada petición. En mi opinión la amistad es el más grande de los sentimientos. Hablamos de amistad cuando ésta es recíproca, leal y sin condiciones. La lealtad es no sólo la base, sino un complemento de la amistad. La lealtad es un ingrediente obligado, pues no se puede entender una amistad exenta de ella. Y la amistad jamás ha de ser condicionada, pues perdería su naturaleza y razón de ser.

Para cocinar una amistad, los ingredientes que no deben faltarnos son; el respeto, la lealtad, añadamos una pizca de complicidad, un puñadito de confianza y por qué no, un chorrito de sensualidad si la amistad es entre géneros distintos. Estos son los ingredientes esenciales para una amistad; como diría Arguiñano: rica, rica.

Muchos podréis estar pensando que el cariño “comúnmente conocido como amor” está por encima de la amistad, pero ¿Qué es la amistad sin el cariño, y el cariño sin la amistad? El amor no es más que la culminación de una buena amistad. Al buen amigo se le quiere, si es de distinto género se puede llegar incluso a amarle. He aquí donde podemos entrar en otro terreno, la diferencia de la amistad, entre personas del mismo ó de distinto género.

Cuando la amistad es entre personas del mismo género, será una amistad sin peligro de ser viciada, es decir, no correrá el peligro de caer en la senda de la atracción física o sexual. Aunque sucede a veces, que aquel que se siente atraído por el otro jamás se lo dirá por miedo a perder esa confianza o lealtad del amig@, o por miedo a perjudicar en definitiva su amistad. En mi opinión se equivocan, pues si la otra persona de verás es amig@, le dejará clara sus pretensiones, y aceptará esos sentimientos del amig@, claro está sin tener que conllevarle a nada. Así que él/ella deberá aceptar los sentimientos del amig@, los cuales pueden ser correspondidos o no. Pero si entre ellos existe una verdadera amistad, la hará prevalecer por encima de lo demás. Cuando la amistad es verdadera entre ambos, uno respetará la decisión del otro, por lo tanto nunca hemos de temer decirle a esa persona sobre nuestros sentimientos. Cuando la amistad y la confianza son total, hemos de ser para nuestro amig@ como una cajita de cristal transparente, donde no haya secretos, y donde no se oculte ningún sentimiento. Una vez me dijo una amiga que nunca se debe contar todo, que hay que guardarse ciertas cosas, quizá cosas que puedan ofender o hacer daño por su naturaleza al amig@. Yo pienso que entonces esa amistad estará viciada, no será plena, pues hay otro ingrediente del que no he hablado hasta ahora y que es la sinceridad. De guardarse cosas, la confianza en la otra persona no será total, y por lo tanto, la amistad no será completa y sincera.

No debemos cometer el error de confundir los amigos con los conocidos. Los conocidos son aquellos con los que podemos irnos de marcha, mantener una conversación medianamente transparente, a veces puede que incluso opaca, simplemente felicitarles para su cumpleaños por teléfono con un sms, saludarles con un hola por la calle, etc… Los amigos son aquellos que están contigo cuando más los necesitas sin espera de ninguna contraprestación, los que jamás te echaran a la cara aquel fallo que cometiste, sin embargo si te dirán en qué y dónde has errado. Y los que te dirán a sabiendas de que te puedan hacer daño, no lo que supongan que quieres oír para contentarte, sino, lo que debes oír, aunque te duela. Como ha expresado poéticamente Campos, una amistad “vale tanto como la verdad que resiste”. Quienes tienen amistad, quienes disfrutan de la amistad, podrán soportar todo tipo de verdades que manifieste el amig@, incluidas todas aquellas que hablen de sus defectos.

Nada es comparable a la amistad, solo el amor, el cual yo lo califico como una amistad llevada a su plenitud. Uno se enamora de una mujer por reunir una serie de cualidades que nos cautivan, o sea, normalmente no somos conscientes del todo de nuestra elección, nadie suele pararse a pensar racionalmente si es la persona adecuada para nosotros y por qué, ya que el amor no es racional, sino que se deja llevar por una explosión de sentimientos, y nos sentimos atraídos por unas series de cualidades de la otra persona. Sin embargo la amistad es lo único que elegimos libremente. Porque nacemos en el seno de una familia determinada, o sea, tenemos que vivir con la que nos ha tocado. Pero los amigos, ¡ayyy! los elegimos nosotros. Somos libres para elegir a los amigos. La amistad es lo mejor de la vida. Aquel que no tiene amigos, es el ser más pobre del mundo. Cuando hablo de amig@s, me refiero a amig@s.

Mis enemigos estarán contentos esta semana, y mis seguidores quizá no tanto. Pues he cambiado un poco mi línea, aparcando la política, la inflación, el Euribor o el superávit, para hablar de un concepto como la amistad. Todo sea por una amiga. Una amiga a la cual no le agrada la política y me dice que mis artículos sobre política no le interesa, pero cuando hablo sobre la sociedad o me pongo a filosofar sobre conceptos, le entusiasma.

Este artículo va dedicado a esa amiga, la cual es una amiga muy especial. De esas que siempre me tendrá a su lado cuando me necesite y a la cual quiero mucho. Es de esas amigas que sé que aunque no me lo diga, “la chica es timidilla”, nos tenemos un cariño recíproco. Ella suele llamarme “su filósofo favorito”, qué más quisiera yo ser filósofo, pero ella como buena amiga, me sobrevalora. Ahora habré de esperar su crítica, tendré que santiguarme, ya que ella siempre me dice la verdad, sea buena o incómoda, como hacen los buenos amigos. Nuestro acercamiento fue corto pero intenso, y aunque unos mil kilómetros nos separan hoy, yo la siento como a un metro de mí cuando hablamos por teléfono. ¿Qué pasha? ¿Se nota que me gusta? Pues claro, ella es mi amiga.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

D. José Luis, la amistad, un concepto dificil y muy bien desarrollado por usted (en mi humilde opinión) en su artículo.Énhorabuena y Saludos.

Isabel dijo...

Estimado amig@: el ser humano es el más “pobre” del mundo sin comprendemos la génesis de la flor y el fruto de la amistad.

Para que crezca la flor de la amistad se necesita la semilla del respeto para que pueda desarrollarse tal como es y el abono de la lealtad para que no se muera en el primer intento.

Con estos dos ingredientes fundamentales la esencia crecerá sucesivamente en complicidad, confianza y sinceridad. Y finalmente la flor dará su fruto cuando logre la síntesis de la amistad sin condiciones.

Anónimo dijo...

Yo solo queria decir que me ha parecido excelente el artículo.
La verdad es que todos sus articulos son excelentes.
A cambiado un poco de tema, siempre suele ser sobre politica y economia, y espero que no sea el unico articulo que trate sobre un sentimiento.
Tambien queria felicitarle porque ha desarrollado muy bien el concepto de la amistad.

MUCHAS FELICIDADES.