Hemos visto la polvareda levantada esta semana por la polémica campaña publicitaria de la iglesia contra el aborto en general y como no puede ser de otra forma contra la nueva reforma de la ley que lo contempla. No seré yo destacado por mi apoyo a la iglesia o por mi fe cristiana precisamente, pero he de reconocer que los obispos han dado en el clavo con dicha campaña, la cual no hace más que restregarnos nuestras miserias por la cara y enseñarnos hasta dónde llega nuestra hipocresía y nuestro cinismo como sociedad. Paradójicamente son los mismos que abogan por la defensa de la vida en el reino animal los que defienden el derecho de la mujer a poner fin a una vida humana si ellas, y solo ellas, lo consideran oportuno.
Algunos podrán decir que quiénes son los obispos –los cuales no tienen experiencia en este terreno- para disponer u opinar al respecto, ante lo cual, cabría la retórica también de decir que quién es la ministra de igualdad Aído para pronunciarse también al respecto. Es algo que desde un principio me llamó poderosamente la atención, y es que me pregunto cómo se puede encargar de un tema como este la ministra de “igual-dá” del gobierno, en lugar del ministerio de sanidad, tratándose éste de un problema sanitario más bien. Pero como así está dispuesto, entremos al trapo. Yo pregunto, dónde comienza el derecho de la mujer a tener o no un hijo, y dónde el del feto a nacer. En mi humilde opinión, siéndolo o intentando ser un tanto lógico y racional, la mujer tiene el derecho o la libertad a engendrar un hijo o no, pues es ella la que tendrá que llevar el “peso” durante nueve meses y después durante toda la vida, por lo tanto ha de tener la última palabra. Pero ahora hablemos de los derechos del embrión. El embrión tiene derecho a nacer en el momento en que es considerado como tal, es decir, desde el momento en que se diagnóstica que existe un embarazo. Yo personalmente sigo sin entender qué pinta la ministra de igualdad en un asunto como este, y si pudiera ésta, me gustaría que me respondiese por qué este gobierno defiende los derechos de un niño de catorce años y no los de uno de catorce semanas, cuál es la diferencia…
Desde muchos medios de comunicación, he visto durante esta semana cómo criticaban la campaña de la iglesia, sin embargo no daban argumentos, sólo lo tachaban de un error y alguno se atrevía a pronunciar que la iglesia rectificaría al respecto. Ilusos. Hace tiempo que la iglesia no era tan implacable en su mensaje, pero sin complejos nos arroja a nuestras caras lo irracional de cómo nuestra sociedad se preocupa de salvar a ciertas especies animales y sin embargo abogamos por la eliminación de seres vivos, de seres humanos por el simple hecho de no ser neonatos.
Mi enhorabuena, y desde este espacio quiero abogar por el DERECHO A VIVIR de toda persona, que no lo ha elegido, sino que simplemente, su madre lo ha dispuesto para tal.
domingo, 22 de marzo de 2009
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2 comentarios:
Sólo le falta poner en el encabezado "vocero oficial de la doctrina católica y portavoz de las consignas del Partido Popular". Para poder fardar de tener un criterio propio, lo primero que hay que hacer es tenerlo.
De nuevo carga vd. contra el mensajero sin decir nada del contenido del artículo.
Soy ateo, por lo tanto mal vocero para la conferencia epíscopal. De ideología Liberal, hace poco que Mariano mandó a los liberales y conservadores a otros partidos, por lo tanto no me debo a ese partido y mal portavoz sería del mismo cuando nunca he militado en él. Tengo mi criterio propio como he demostrado en el artículo, ¿puede vd. demostrar lo mismo y argumentarme por qué es tan buena la nueva ley infanticida para usted? Puede que tenga miedo de exponer sus argumentos frente a los mios, por eso simplemente intenta etiquetarme, sin más.
Un saludo...
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