El pasado Martes lo vi claro. España camina hacía la misma situación que vivió Argentina años atrás y de la que aún no ha salido. Tras oír el discurso de la presidenta argentina y ver el estruendoso y emocionado aplauso de todos los diputados de las cortes generales, lo vi claro, si es que aún residía en mí alguna duda de la casta política que nos representa. Sonrisas cómplices de
España es arrastrada hacía el desfiladero con políticas socialistas que arrastraron en su día a Argentina tras llevar más de 60 años con un mismo gobierno peronista al desastre económico y social. Como en Argentina, los socialistas dicen defender a la “clase trabajadora” que sin embargo, siempre sale perjudicada con este tipo de políticas, siendo arrastrados al desempleo y por lo tanto teniendo que pagar más impuestos los cotizantes para aumentar las ayudas sociales, llevándonos a todos a la pobreza. Los argentinos votaron a Cristina Fernández no fijándose en sus cualidades o capacidades, en el nivel de gestión que ésta pudiera ofrecer, sino en unos ideales. Da igual si es la esposa del antiguo presidente, lo único que importa es el partido, el ideario político, y es a lo que nos aproximamos nosotros. Con esto no digo que Sonsoles vaya a ser la próxima presidenta del gobierno de España, lo que quiero decir es que no importan los datos, si hay crisis o no, aquí sólo importa el partido. Por lo que parece D. Mariano parece aceptar el papel del denominado “ministro de la oposición”, es decir, acepta como tal que siempre estará en la bancada opositora.
Europa va por un sitio y nosotros cuando gobiernan los socialistas siempre vamos por otro. La triste realidad es la que es, y parece que la oposición está más preocupada de cuidar su imagen tan denostada en estos últimos días que de abrirles los ojos a los españoles y hacer oposición sin miedo a que le llamen fachas por hacerlo. ¿Hasta dónde llegaremos? No lo sé, pero no descarto verme algún día cacerola en mano…
1 comentario:
cariño, entre tanta verborragia hay una contradicción en lo que dices. Es de esperar que los pueblos no voten a personas sino a ideas, ya que si funciona la democracia dentro de los partidos politicos debería discutirse ahí el mejor candidato. Hablo en el caso de Cristina que tu pareces conocer tanto (la realidad es un poquito mas compleja que Marbella, y he vivido las dos). El problema (entre otros) de Argentina es que el partido político no existe, del Justicialismo no queda más que grupos aislados de feriantes que se juntan para hacer buenos negocios en nombre de los viejos tiempos. cariños, y sigue disfrutando de la playa.
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