Dialogando sobre el tema del turismo con un camarero de un hotel en Tenerife, me daba cuenta de lo parecida que es la situación actual de la isla con la de
Otro trabajador del hotel me decía que no entendía cómo no se premiaba al empresario que invertía en su empresa o mejor dicho en innovar ó reformar el hotel, consiguiendo así que muchos empresarios lo que persigan es dar el pelotazo para después en cuanto divisan las vacas flacas batirse en retirada, realizando ERES y marchándose con el saco lleno con el consiguiente detrimento para el trabajador y consecuentemente para la sociedad en general. Yo no supe responderle solo que lejos de apremiarlo el gobierno le bombardearía con más impuestos, como finalmente parece que va a ocurrir. Supongo que los políticos como siempre suele ocurrir, están en otras cosas distintas a los problemas y las preocupaciones reales de la ciudadanía. Por lo tanto están lejos de vislumbrar sus posibles soluciones.
Este viaje me ha servido para reafirmarme en lo globalizado que está el mercado en general y el turístico en particular, siendo idénticos sus problemas y sus posibles soluciones. 1.439 Kilómetros separan Málaga de Tenerife, sin embargo ambas estructuras de mercado funcionan de idéntica manera. La preocupación se podía ver en los ojos de estos trabajadores tinerfeños, los cuales en su gran mayoría eran mayores de cincuenta años, con una experiencia de más de treinta y cinco años en el sector el que menos, los cuales se enfrentan prácticamente por primera vez en sus vidas a la posibilidad de quedarse sin empleo. Pero no solo eso, sino que es posible como ellos mismos manifestaban que les resulte imposible –debido a su edad- encontrar un nuevo puesto de trabajo dentro de su sector. Ante esto, los políticos y el gobierno en particular velarán por la protección social para con estas personas pero, ¿qué hay de ayudarles a reciclarse y a encontrar un nuevo puesto de trabajo? Sobre eso poco, o mejor dicho nada.
Esta semana quiero terminar estas líneas dando mi total apoyo a los compañeros del hotel Los Monteros, Las Dunas e Incosol. Nos quedan tiempos difíciles que vivir, difíciles tempestades que afrontar, pero no es la primera crisis que vivimos, y siguiendo el principio de que la economía es cíclica, lo mismo que llegó la crisis llegarán los buenos tiempos. Aunque eso si, desde los distintos gobiernos se empeñen en retrasar la llegada de ese momento con políticas keynesianas las cuales se demostraron en su día no sirven para mejorar la economía.
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