Esta semana algunos medios de comunicación, eso si liberales, se han hecho eco de un mensaje transmitido por una economista nacida y criada en Zambia (África), la cual ha escrito un libro sobre por qué no funciona la ayuda de los países ricos en su continente. Dambisa Moyo ha escrito el libro titulado DEAD AID.
En él intenta demostrar por qué las ayudas “perennes”, no sólo no ayudan a África sino que la perjudican. En él demuestra como las ayudas van a parar al dictador de turno, tan numerosos en el continente africano, el cual como no puede ser de otra forma es corrupto, quedándose parte de la ayuda que les llega para su patrimonio personal, y la otra destinándola a comprar voluntades, las cuales son ingenuas y pobres como ellos mismos. La educación y el conocimiento en estos países brilla por su ausencia, no se incentiva, no vaya a ser que el ciudadano aprenda demasiado, se de cuenta del engaño y ose no permitir al dictador mantenerse en la poltrona.
En su libro, Dambisa mantiene que las ayudas son necesarias, pero solo en su justo término. Es decir, al igual que sucedería con cualquier país del primer mundo, al cual se le ayudaría ante una catástrofe natural como un terremoto, es esa la única ayuda que necesita este continente para salir de la pobreza en la que se ve sumergido desde hace tantas décadas. La economista zambeña aboga por suprimir las demás ayudas, pues ha de ser la población del mismo continente la que trabajando y creando mercado, salga de su pobreza por ellos mismos, pues las ayudas sólo crean gente acomodada que aún muriéndose de hambre se han habituado a su situación. Nadie pide responsabilidades a los políticos de su país, pues se presupone que nada pueden hacer por evitarlo, son pobres. Cuán fácil.
Las ayudas llegan, pero no mejoran las posibilidades de trabajo, no mejoran las infraestructuras de los países y los habitantes sólo pueden sobrevivir gracias a la caridad. No aportan nada a las economías de sus países y carecen de la mentalidad adecuada para exigir a sus gobernantes que cumplan con sus deberes y obligaciones.
Dambisa Moyo dice que 50.000 millones de dólares de ayuda internacional llegan a África cada año y es más que evidente que esta ayuda sólo ha servido para hacer más pobres a los pobres. Los datos así lo evidencian.
A mí personalmente me ha llamado poderosamente la atención siendo andaluz y viendo la similitud del argumento de Dambisa con lo que acontece en nuestra siempre pobre Andalucía, llena de subvenciones y ayudas para los “necesitados”, las cuales tampoco nos ayuda a salir de nuestra pobreza perenne, sino a seguir siendo la misma comunidad autónoma pobre de siempre. Por otro lado, viendo las fórmulas que pretenden tomar los gobiernos de distintos países europeos entre otros el de nuestra nación, para intentar paliar la crisis económica que nos azota, creo que es una opinión la de Dambisa y un ejemplo el africano, muy a tener en cuenta por el resto del mundo. Las ayudas, las inyecciones de capital y la intervención en el mercado y en la economía, pueden ser comida para hoy pero hambre para mañana. Leyendo a Dambisa pensaba en las inyecciones de capital a la banca por parte de los gobiernos europeos ó los avales cedidos. Puede ser discutible si es la solución o no, pero viendo lo que pasa en África creo que las pruebas son contundentes y evidentes. Nos queda crisis para rato, las soluciones que se intentan dar –aunque con buena intención- sólo harán perjudicar y dificultar la salida de la misma, intentado salir de ella cuanto antes sólo nos enterraremos más en ella cuán si de arenas movedizas se tratase. Tenemos una crisis financiera precisamente porque la economía seguida por los ciudadanos en estos últimos años no era real, hemos vivido años de especulación donde el valor real de nuestro patrimonio no era el que creíamos. Nadie preveía que el precio de las viviendas podía descender como estamos viendo actualmente a su verdadero precio. La creación de desempleo crece por día, y no sólo nuestro gobierno sino muchos otros piensan en las ayudas sociales para estas personas, aunque olvidándose que son los contribuyentes los que mantienen estas ayudas y que cada vez son menos. Los gobiernos dejan de lado lo verdaderamente importante que no es otra cosa que ayudar al ciudadano a encontrar un empleo, intentando lo imposible para crear o ayudar a la creación de empleo, hoy no se percibe que haya ningún vuelco en este sentido. De hecho, no lo hay.
Vemos que en África su población vive de la caridad tal como nos demuestra Dambisa, y por lo que parece en Europa estamos tomando las mismas medidas que les llevan a ellos a estar en el fondo del pozo sin posibilidad de salir. Hace unos años el reto europeo era hacer de África un continente rico y próspero como el nuestro, creo que ahora el reto es no africanizarnos y convertir Europa en lo que es África. El libro y las palabras de Dambisa deberían ser tenidas muy en cuenta, primero por la ciudadanía en general, y después por nuestros representantes, los cuales tienen la responsabilidad de sacarnos o arrastrarnos al fango. Como ha demostrado Dambisa, difícilmente las medidas keynesianas tomadas por Europa y EE. UU. hasta el momento nos ayudarán. Aunque algunos, aún se atrevan a culpar al liberalismo el cual como vemos en el mercado global, brilla por su ausencia.
sábado, 11 de abril de 2009
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